Diario de León

Una carta perdida con la historia de la virgen que llegó en una burra

Matachana celebra, este domingo, la procesión de la Milagrosa recuperada por empeño de un joven de 21 años que cuando solo tenía 8 leyó una frase en una misiva que cambió el rumbo de la historia de una tradición dormida

Amador Sánches es el impulsor de la recuperación de esta costumbre.

Amador Sánchez es el impulsor de la recuperación de esta costumbre.

María Carro
Ponferrada

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Amador Sánchez tenía tan solo ocho años cuando descubrió, en casa de dos vecinas que lo vieron crecer de cerca, una carta que relataba una tradición perdida en Matachana. Cuando el Día de la Madre se celebraba cada 8 de diciembre, en este pueblo del municipio de Castropodame que hoy tiene unos 500 vecinos se sacaba a la Milagrosa en procesión, siempre a hombros de cuatro mujeres solteras y bajo varios arcos de hiedra y flores que los mozos empezaban a hacer a primera hora de ese mismo día.

«Nevó, pero pudimos sacar a la virgen», recogía aquella misiva ya perdida que este joven devoto no quiso dejar caer en el olvido. Se interesó por la historia y del relato directo de esas dos vecinas con las que se crio —una todavía viva— reconstruyó en su mente la escena hasta, más de una década después, poder recuperar la procesión «con el esplendor de antaño», afirma. Amador tiene ahora 21 años y no solo ha conseguido involucrar al pueblo en esta costumbre revivida, sino que él mismo escribe la canción que el grupo entona en la ofrenda del ramo a la Milagrosa que suele cerrar el acto.

Imagen de la procesión que volverá a salir este domingo bajo arcos de yedra y flores.

Imagen de la procesión que volverá a salir este domingo bajo arcos de yedra y flores.DL

La imagen de la virgen venerada en Matachana llegó a la localidad a lomos de una burra. Del traslado desde la estación de tren de Bembibre, a donde llegó en el Correo, se encargaron las cuatro mujeres que la sacaban a hombros. Una señora llamada María, que todos saben identificar como benefactora del pueblo, fue quién pagó la talla y el estandarte que acompaña a la efigie se financió con representaciones teatrales organizadas por las vecinas con la colaboración de quien, en aquellos años de las primeras décadas del siglo pasado, era la maestra del pueblo. Doña Pura se llamaba.

Leonor tiene hoy 94 años y es una de esas dos mujeres muy ligada a la iglesia que es ocuparon de la crianza de Amador y la única que queda de aquellas cuatro mozas que sacaron a la virgen en procesión antes de que la escena se diluyera. Por eso Amador, que heredó de ella la tradición que predica, ha previsto rendirle homenaje con el respaldo del resto del pueblo. Será este domingo, en el transcurso de los actos organizados. La procesión saldrá a las 13.00 horas como «costumbre que forma parte del alma y la historia de nuestro pueblo», asegura este joven que trabaja en el sector del metal, pero dedica a la iglesia buena parte de su tiempo libre. Incluso cuando no hay cura, él se ocupa de la celebración de la palabra.

«Me quedo satisfecho cuando las cosas salen bien, porque son nuestras tradiciones y la esencia del pueblo. La iglesia es el único patrimonio artístico que tenemos y esto que hago me sale de dentro», explica Amador, que también trata de «atraer a los jóvenes» a la iglesia, aunque reconoce que es tarea complicada.

Medalla de la Cofradía de las Hijas de María que organizó, en origen, esta procesión.

Medalla de la Cofradía de las Hijas de María que organizó, en origen, esta procesión.L. DE LA MATA

No existe documentación alguna sobre la celebración de la procesión del Día de la Inmaculada en Matachana. Lo que se sabe ha salido del testimonio directo de los más mayores del pueblo y del empeño de este joven vecino por recuperar lo que se hacía. En el pasado era la Cofradía de las Hijas de María la que se encargaba de la organización con la que se rendía homenaje a la virgen del pueblo, «símbolo de protección y fe para los habitantes».

Una docena de personas se involucran de manera directa en la organización de la procesión, coordinadas por Amador. Llevan semanas ensayando a diario y preparándolo todo para que nada quede al antojo de la improvisación. «En la canción que he escrito, me baso en los versos a la virgen. Son tonadas y cada año presentamos una distinta», relata Amador Sánchez, para quien el mayor logro y «lo que más me emociona» es «estar todos unidos ese día».

Exterior de la iglesia de Matachana.

Exterior de la iglesia de Matachana.L. DE LA MATA

«La procesión no solo es un acto de fe, sino un homenaje a las generaciones pasadas y un compromiso con las venideras, buscando perpetuar en el tiempo el futuro de nuestras costumbres y fortaleciendo nuestra identidad», dice el impulsor de esta costumbre renacida que «celebra la espiritualidad compartida».

Durante todo el recorrido, la Milagrosa irá acompañada de mujeres vestidas con trajes tradicionales que portarán las medallas de la Cofradía de las Hijas de María. Este un acto —afirma Amador— que «combina solemnidad y belleza y revive el sentimiento de comunidad que caracteriza a Matacahana».

Tras la misa, se celebrará la ofrenda del ramo a la virgen —quizás el acto con mayor carga emotiva- y se cantarán las coplas tradicionales, además de la composición inédita de Amador. Estas piezas, inspiradas en historias y leyendas vinculadas a la tradición de la Milagrosa, «serán interpretadas en agradecimiento por su protección y como muestra de devoción del pueblo», señala el joven.

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