El matrimonio tenía que dormir con mascarilla y, para evitar el monóxido, se fueron a casa de una hija
Los efluvios de un bajo obligan a dos ancianos a abandonar su piso
Están ya desquiciados, no saben a dónde acudir y han decidido relatarlo a este diario. Ermitas Bello Cuadrado, de 67 años, y su esposo, de 77
El matrimonio llevaba 40 años viviendo en su piso de la zona del Temple y nunca tuvieron problemas. Afirma Ermitas Bello que ellos no están en contra de la frutería que hay debajo de su piso, pero sí de los problemas que a su entender ocasionan los motores de las cámaras frigoríficas instaladas en ese mismo bajo, que da a la calle Nicomedes Martín Mateos y al vial Conde de los Gaitanes. El Ayuntamiento de Ponferrada, a través de la policía municipal, ya ha actuado en el lugar y ha precintado parte de las instalaciones, pero, el matrimonio sigue quejándose porque consideran insoportable los olores que tienen que aguantar y que dicen se siguen desprendiendo del mismo punto de partida, pese al precinto. «No sé donde ir, ni que hacer, y ahora hemos decidido denunciarlo en los juzgados», aseguraba un tanto inquieta Ermitas Bello, quien remachaba la frase con una afirmación rotunda: «Si no nos sacan de allí estaríamos ya en el cementerio». El matrimonio afectado quiere una solución a su situación y dicen que intentan por todos los medios evitar los problemas con nadie y vivir en paz. Sin embargo, la situación ha llegado a un límite en el que, según afirman, peligra su salud y no están dispuestos a que su propiedad se vea afectada.