Los dirigentes de Apical abandonan la mesa tras reñir con los de Apile por la aplicación de la antigüedad
La fractura patronal complica la revisión salarial en la pizarra
Las malas relaciones entre los portavoces de las dos organizaciones que representan a los empresarios de la pizarra acabaron por complicar
Demetrio Campo y Francisco Vime, responsables de Apical, organización que se atribuye la mayor representatividad la industria de la pizarra, mostraron su discrepancia con la documentación elaborada por los responsables de Apile a la hora de aplicar el 5% de incremento sobre toda la tabla salarial como compensación por la supresión de la antigüedad, pactada en el convenio del 2001. En este punto, Campo y el presidente de Apile, Plácido Carrera, mantuvieron un rifirrafe verbal que terminó con el abandono de la sala de reuniones por parte del presidente de Apical. El enfrentamiento fue acogido con perplejidad por parte de los responsables sindicales tanto de UGT como de CC.OO.. Aunque el portavoz de Comisiones, Carlos Gómez, significó que con todo no cabe otra posibilidad a todos los empresarios que asumir la cláusula de revisión fijada en el acuerdo sectorial del 2001. La revisión salarial tiene una importante repercusión para las rentas de la familias de casi 3.000 trabajadores que se ocupan en Castilla y León, fundamentalmente en el Bierzo y La Cabrera, tanto en las naves como en las canteras pizarreras. En términos generales, según explicó Carlos Gómez, la mayoría de los obreros de la pizarra deben percibir este año una aportación única de alrededor de cien euros como compensación por el desfase del IPC del año pasado, que alcanzó el 4%. Además, con carácter mensual, el representante de Comisiones calculó que las empresas abonarán este año unos 80 euros para compensar el desequilibrio con la subida de los precios. El presidente de Apile, Plácido Carrera, patronal ligada al ámbito de la Fele, también señaló que pese a las diferencias con Apical sobre la subida por antigüedad habrá que limar asperezas para asumir la revisión en todo el sector. Carrera acusó a Demetrio Campo de «faltarle» en lo personal durante la reunión con los sindicatos. «No se lo que pretende», comentó. Campo dejó la sede de CC.OO. quejándose de que se jugara con su «prestigio» y del afán de protagonismo de los miembros de Apile en un asunto en el que se juegan tres millones de euros en salarios.