Sentencias variopintas

COMO DIJO el diplomático nuestro en Ryad, estamos tranquilos aquí porque entre las víctimas no hay españoles. Como en los viejos tiempos cuando la agencia Efe apostilló que, afortunadamente, todas las víctimas mortales viajaban en tercera, de tercera y de Cali (Colombia), huyendo de la miseria y la violencia que acaba de arrebatarle una hija, José Ulday Valencia llegó a León sin papeles y un accidente de trabajo le dejó hemiplégico, epiléptico y casi sin habla. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León le dejó además sin pensión de invalidez porque «interpretaciones excesivas de la protección conducirían al fomento de la inmigración ilegal». A instancias de UGT, el Tribunal Supremo ha revocado esa sentencia. El accidente fue el 23 de Octubre de 1999, la sentencia es de 7 de Octubre de 2003: justicia retardada, justicia denegada. Pero trae un poco de aire fresco a una jurisprudencia pendular que viene retrocediendo los últimos años respecto de aquella creativa y tributaria del carácter tuitivo de lo social. Quien sufre un accidente, especialmente en actividades de elevado riesgo como la minería o la construcción, bastante tiene con con sufrirlo, ayúdele quien genera ese riesgo y la sociedad solidaria en su conjunto si fuere preciso a sobrellevar las consecuencias. Es un sarcasmo hablar de sobreprotección de los trabajadores cuando asistimos a la civilización y mercantilización, lo que es tánto como decir el desguaze del Derecho del Trabajo. Sólo el 8,34% de los contratos de trabajo suscritos en nuestra provincia el último año son indefinidos, el 39% de los a término tienen una duración inferior a tres días. Cabe esperar de los jueces , en estos casos, el reconocimiento del principio constitucional de la igualdad de trato y la aplicación de los convenios de la OIT sobre trabajadores migrantes ratificados por España. Pacta sunt servanda. Pero algunos se aplican a apuntalar la ya de por sí ruda y ominosa ley de Emigración, como si los movimientos migratorios de las especies pudieran controlarse poniendo puertas al campo, que no les pagan para eso ni hace tánta falta, ya que según expertos nuestro mercado laboral formal podría absorber a unos 600.00 inmigrantes en los próximos tres años. Malos tiempos para los pobres de la tierra cuando manda la global. Aseguradora sin alma que , hoy allí mañana aquí, va retirando de la circulación a los viajeros no rentables .