Un juez investiga el uso electoral del PP de Cacabelos de la comunidad gitana

El vicesecretario general del PSOE, José Giménez, ha lamentado el retraso de los juzgados de Ponferrada en comenzar la investigación de la denuncia socialista contra la anterior teniente alcalde de Cacabelos, Beatriz Anievas, por manipulación de votos en las últimas elecciones municipales. Giménez considera que este retraso condicionará el desarrollo final del proceso y denuncia además que no se haya resuelto la situación «irregular» en el momento en el que se produjo. La denuncia del PSOE -que será instruida por el juzgado número cinco de Ponferrada- se basa en la sospecha de que Beatriz Anievas, que actuó en los comicios como apoderada del PP, comprobó qué miembros de etnia gitana de Cacabelos votaron al PP. En este sentido, el pasado martes, el propio José Giménez acudió a los juzgados de León con el fin de identificar a los testigos de estas irregularidades. «Confíamos en que la Justicia pueda corregir las conductas viciadas del PP y que una sentencia, aunque tardía, en los casos de Cacabelos, Oencia o Balboa, pueda llevar al PP a reflexionar acerca de que no todo vale para perpetuarse o acceder al gobierno», destaca. Desde el PSOE se afirma además que el retraso en la puesta en marcha de esta investigación es una prueba de la lentitud con la que actúan los órganos judiciales, lo que vendría a demostrar el fracaso popular en materia judicial. Asimismo, José Giménez destaca que la denuncia debería haberse resuelto el mismo día de su presentación, lo que habría garantizado el desarrollo de la jornada de votaciones de forma limpia y transparente. «La ineptitud del PP en materia judicial se demuestra en hechos como éste. Su modelo de justicia ha fracasado estrepitosamente y los están pagando los ciudadanos», critica el vicesecretario provincial. Por otro lado, Giménez rescata otra de las denuncias del PSOE en los últimos comicios y solicita a la Justicia que, con su actuación, ponga fin al comportamiento del PP, con el fin de que sus dirigentes asuman que el voto es secreto y que los censos tienen que recoger a los habitantes reales.