El alcalde suaviza ante el juez sus acusaciones contra Prada

El alcalde de Cacabelos, el socialista Sergio Santín, y su teniente José Manuel Sánchez García, declararon ayer en los juzgados de Ponferrada como imputados por un presunto delito de injurias y calumnias contra el ex regidor, José Luis Prada, y su mano derecha, Beatriz Anievas, a los que acusó de malversar dinero del Ayuntamiento. Tanto Santín como Sánchez se ratificaron en que los populares emplearon fondos municipales en beneficio de la campaña electoral del Partido Popular, aunque lo hicieron de forma mucho más suave y matizada de lo que habían sostenido desde los pasados comicios locales. Santín, en primer lugar, atribuyó exclusivamente a su primer teniente de alcalde la redacción del primer comunicado de prensa en el que se ponía en entredicho el uso de caudales de los cacabelenses por parte de Prada y Anievas. De hecho, el abogado que los defiende, Miguel Ángel Orallo, precisó tras concluir la comparecencia en el juzgado de Primera Instancia número 4, que todas las manifestaciones «han de encuadrarse en el estricto ámbito político». «Ninguno de ellos», agregó el letrado, «han entrado nunca en la esfera de lo personal o de lo profesional». El primer teniente de alcalde, por su lado, trató de atribuir fundamentalmente a una «interpretación de la prensa» sus acusaciones sobre malversación contra los anteriores responsables del gobierno en la villa del Cúa. Y en esta línea de culpabilizar a los medios que difundieron sus manifestaciones, señaló que no solicitó una rectificación inmediata de las declaraciones porque luego no leyó la prensa determinados, tras desencadenarse la polémica. Con una argumentación similar contestó también a las preguntas del abogado de la acusación el alcalde, Sergio Santín, que confirmó que Prada recibió cerca de 30.000 euros en subvenciones para su negocio de Palacio de Canedo aunque no vino a dudar de su legalidad.