El pleno del chalaneo

ALGUIEN le filtró al presidente del Consejo Comarcal, Ricardo González Saavedra, que los consejeros populares tenían decidido votar contra el presupuesto. Lo de menos es quién pasó la información a poco menos de media hora para que comenzara el pleno. Al parecer, Saavedra se apresuró a llamar a Esteban para asegurarse su apoyo y, para ello, le prometió algunas de las exigencias que lleva postulando desde el mes de agosto. A partir de ese momento, el pleno se convirtió en un pasteleo entre los antiguos compañeros difícil de digerir. Primero fue la renuncia a las dedicaciones exclusivas -recuerden que el PP ya las había desechado-, después la absoluta falta de educación de Saavedra para eliminar el puesto de vicepresidente del popular alcalde de Molinaseca, y, para finalizar, el descarte de los dos puestos de confíanza de PP y PSOE. Se cumplió punto por punto el acuerdo publicado por este periódico y negado de manera sistemática por Antonio Canedo -«No toca; no voy a hablar de anónimos que no existen»-. Sin embargo, en la moción presentada por Esteban y los suyos en el mes de diciembre se exigía la eliminación de la dedicación exclusiva de Saavedra, una dedicación que, según señalaba, no se entendía por el volumen de trabajo del Consejo -que celebrará sólo plenos trimestrales-. La gestión de carteras de los consejeros es tal que el pleno de ayer se centró casi exclusivamente en discutir las dietas por kilometraje. Esteban podría haber conseguido ayer todo lo que ha venido reivindicando. El PSOE, con un PP unificado en contra, se lo habría ofrecido con tal de no perder el gobierno del Consejo. Pero las cartas se cambiaron en la noche del domingo. Hubo dos amateurs de la política que no tragaron. El arte de la simulación requiere práctica y ellos tienen el estómago pequeño. Pedro Muñoz gritaba, e Ivo García dimitía en la mañana del lunes.