Las buenas noticias
MIENTRAS algunos siguen sin arrepentirse de su adhesión a la guerra preventiva que enciende la cólera de los desheredados y genera más y más inseguridad, 50 líderes mundiales se aprestan, en su lucidez, a un nuevo combate contra el hambre en el mundo, esa lacra vergonzosa que alcanza a mil millones de seres humanos que sobreviven con menos de un dólar al día. Parece ser que ya no basta la tasa Tobbin para vencer el hambre creciente y de todas las nuevas medidas a impulsar merecen una reflexión y un respeto especial el impuesto sobre el comercio de armas y el abaratamiento de las tasas para las remesas de los inmigrantes. Pienso en personas venidas de lejanos países, que cuidan aquí de los enfermos y, con mucha dedicación y paciencia, alivian la soledad de personas mayores, para poder enviar a sus hijos su ahorro. Más vale que tomemos conciencia del problema de la pobreza extrema, si no por razones humanitarias, por razones de seguridad y supervivencia. Es peligroso vivir rodeados de mil millones de pobres. La segunda buena noticia tiene que ver con otras dos carencias de las sociedades avanzadas, donde crece sin parar la esperanza de vida y, con ello, la pérdida de la memoria y el incremento de la soledad, pues son cada vez más las personas mayores que viven solas . Algunas tienen un razonable nivel de salud, pero la soledad les produce inseguridad y miedo, esperando que la teleasistencia les proporcione la ayuda de una voz amiga. Tal el servicio de teleasistencia, gestionado por Cruz Roja, en colaboración con el Inserso, la Federación Española de Municipios y el Ayuntamiento de Ponferrada, en nuestro caso, con 387 terminales telefónicas instaladas, para usuarios de una media de ochenta años, casi todas mujeres que viven solas . La pena es que este servicio no alcance al mundo rural donde, acabado el verano, la soledad es tal que hay personas que viven solas no ya en una casa sino en una calle entera y hasta en todo un pueblo. Esa mujeres del mundo rural que todos conocemos necesitan al menos esa buena compañía de un medallón colgado al cuello que les permita entrar en contacto con la terminal de asistencia . Ese mundo más humano por el que apuestan ahora cincuenta líderes mundiales, entre ellos el presidente Zapatero, será también un mundo más seguro y habitable para todos, pues , como dice el presidente Lula, de Brasil , «el hambre es la peor de las armas de destrucción masiva».