Sofra, lo último en la restauración

Tal y como explican los propietarios su nombre exótico aparentemente no significa nada, pero está acorde con la atrevida estética del local, más acorde con un bar de copas, que con un restaurante. Definen su cocina como sencilla, donde lo primordial son los productos de calidad, han huido de platos creativos y vanguardistas, centrándose en la realidad del gusto del cliente local con poder adquisitivo medio. No en vano han fichado a uno de los cocineros más solicitados, Amado, en su día al frente de los fogones en El Leñador y del Restaurante El Castillo. En la carta la apuesta es segura, verbena de verduras con aceite de pistacho y piñón, las carnes a la brasa, sobre todo la de buey curado y el bacalao en sus múltiples formas, otras opciones interesantes son la brocheta de rape y el arroz con bogavante. Para cerrar la comida algo sencillo, un tocinillo con queso y café o té de varios tipos. Para aquellos que se ven obligados a comer fuera de casa, existe la posibilidad de disfrutar de un menú del día, llamado también menú de ejecutivo, en el que se ofertan platos sencillos con productos de temporada. En la carta de bebidas, sorprende con una selección de aguas de importación y una anticuada y descompensada selección de vinos, con abundante número de referencias de riojas y riberas demasiado clásicos, en el apartado dedicado a vinos del Bierzo, el protagonismo lo tienen vinos jóvenes más indicados para el consumo en barra, se echa de menos nombres consagrados como Castro Ventosa Vintage, Bembibre, o Pagos de Posada.