La policía detiene a tres jóvenes pandilleros y no descarta más arrestos

Tres jóvenes, de 20, 21 y 24 años fueron detenidos la tarde del pasado lunes por su presunta relación con la última pelea entre bandas juveniles que acaeció durante el fin de semana en el barrio del Temple. Según la policía municipal, los arrestados son V.M.S.V., de 21 años, que es considerado como «presunto cabecilla de la banda» y al que se le acusa de «atentado contra un agente de la autoridad y lesiones». Además fueron puestos a disposición judicial W.A.R.S., de 20 años, y M.B.L, de 14. Sus detenciones, dijo un portavoz del cuerpo, «son consecuencia de los hechos ocurridos en la noche del sábado al domingo en el barrio del Temple, en los que la Policía Municipal tuvo que intervenir ante una pelea de jóvenes». En su origen se involucra también a un grupo de jóvenes skins head, al que los agentes localizaron después de una primera pelea y que obligaron a reforzar la vigilancia en la zona. Aunque inicialmente se ofreció como resultado de la tumultuosa reyerta tres policía heridos, en el último parte oficial se cifran ya en cuatro. Y se eleva la cantidad de los jóvenes implicados de una u otra manera en el suceso a más de medio centenar. Mientras las fuerzas del orden no descartan más detenciones en las próximas horas, puesto que se están realizando numerosas identificaciones, lo cierto es que esta mañana se reunirá en el Ayuntamiento la Junta de Seguridad Ciudadana para adoptar medidas tajantes que eviten la reedición de este tipo de enfrentamientos. Será a partir de las 11.00 horas, con la presencia de representantes municipales, de la Subdelegación del Gobierno, Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía. Por su lado, jóvenes testigos presenciales del suceso se dirigieron ayer a este periódico para matizar que en primer lugar no se puede hablar de ninguna banda organizada, y mucho menos de caboverdianos. Aunque sí apuntaron a jóvenes de otra nacionalidad sudamericana como más conflictivos. Además, lamentaron que los agentes del orden ni siquiera se identificasen, y apelaron a los responsables municipales para que les escuchen y evitar así males mayores.