La sanción más extrema, el cambio de centro; y la más suave, el recreo

En cada instituto se cuenta con un reglamento único de derechos y deberes del alumnado. Es aquí, en donde aparecen las faltas y sanciones tipificadas para aplicar en cada caso. Las penas que se suelen imponer son de mayor o menor trascendencia para tratar de hacer reflexionar al alumno infractor. La más suave es la de quedarse sin recreo en el aula. También se le suele privar de la posibilidad de poder participar en actividades extraescolares. Finalmente se aplica la expulsión del centro durante un periodo de tiempo que va desde dos o tres días, una semana y hasta un mes. La más extrema es la propuesta de cambio de centro del alumno, en donde la convivencia con los docentes y resto del alumnado, se considera perjudicial para todos. En cualquier caso, el alumno que haya sido expulsado tiene el derecho a recibir lo que precise para poder seguir desarrollando su actividad educativa.