Mucho ruído en la fiesta del motor

Los aficionados del motor vivieron ayer una jornada llena de emociones intensas en el aparcamiento y alrededores del pabellón municipal del Toralín. Desde las 16.00 horas todos los que han hecho del coche su principal pasión pudieron disfrutar de todo un cartel de actividades preparadas a su antojo. Allí se dieron cita alrededor de 60 coches preparados al estilo «tunning» que venían de diversos puntos de España a exhibirse ante el público berciano. Desde Burgos y desde Salamanca llegaron los pilotos montados en sus obras de arte con ruedas, haciéndose paso con la coquetería propia de las modelos en la pasarela que el público les abrió. Se trata de una afición que comparten miles y miles de personas en todas partes del mundo y que pasa por preparar los coches para convertirlos en auténticas piezas de coleccionista. Junto a los «tunning», los más clásicos pudieron disfrutar de una concentración de BMW, en la que la elegancia de las líneas se moldeaba con la más punta tecnología de sus motores. Pero la fiesta del motor no sólo consistió ayer en la exhibición de coches, todo un espectáculo sobre unos «vehículos» mucho más sencillos, los patines, pusieron uno de los puntos de diversión de la tarde de ayer. Un grupo de jóvenes patinadores de Madrid divirtieron a todos los que hasta el Toralín se acercaron con un espectáculo en el que los patines eran la excusa para hacer las más vistosas acrobacias alrededor por encima de los coches. Tras el show de patines, llegó el turno de otro de los productos estrella de los últimos años: las minimotos. Por un circuito habilitado en el aparcamiento del pabellón municipal se disputaron el premio todos los competidores de la carrera de minimotos, que puso al público con la adrenalina «a tope». Ya con la noche encima, la exhibición de capoeira dio paso a la fiesta de las luces. La luz interior y exterior de los «tunning» fue la protagonista y la encargada de poner el color a la noche de ayer, en un espectáculo muy visual. Para continuar la fiesta, la música de los DJ¿s fue la encargada de hacer bailar a todos los allí presentes. Después de la resaca, hoy queda aún por delante la exhibición de 4x4, en los terrenos de la parte trasera del Toralín.