Diario de León

| Reportaje | Un proyecto en apuros | EXDIRECTOR HONORARIO DE LA ESCUELA VICERRECTOR DEL CAMPUS DIRECTOR DE LA ESCUELA DE CINE CONCEJAL ACCIÓN SOCIAL

Escuela de Cine, fundido en negro «Se incumplen los criterios docentes»«Con la FPII se logra oficializar elcentro» «No somos quien tiene que valorar» «El Ayuntamiento ha cumplido» Maxinema, una empresa en la Universidad

De 120 alumnos iniciales ha pasado a tener 45 matrículas contando todos los cursos. Con só

Cortés

Cortés

Publicado por
Alejandro J. García - ponferrada
Ponferrada

Creado:

Actualizado:

El Senado, nada más y nada menos, fue el escenario escogido para la puesta de largo y presentación, hace ahora cuatro años, de la Escuela de Cinematografía de Ponferrada. Los ímprobos esfuerzos del Ayuntamiento de Ponferrada, de varios empresarios y de la propia Universidad de León de dotar al Bierzo con estudios superiores, con todo lo que ello conlleva de beneficio social, dieron su resultado. El actual vicerrector del campus, Luis Herráiz, narra que «el anterior rector mantuvo una reunión en el 2000 con los representantes de la productora Maxinema, que avalada por el Ayuntamiento, proponían crear la Escuela de Cine. Pareció interesante y consistente el proyecto, por lo que la Universidad entró a colaborar dando al principio una parcela, pero posteriormente apostó fuerte entrando en la faceta educativa otorgando a la actividad de esa empresa, el reconocimiento de título propio». Morir de éxito El equipo de personas, cuatro, que conformaban la productora Maxinema en un principio, se encargaría de elaborar toda una serie de contenidos audiovisuales con marca berciana y ponferradina. En cierta forma, según el propio Consistorio, «era una forma de apoyar la instalación de una empresa audiovisual en la ciudad que iba a colaborar en la promoción de la comarca y crear empleos. Además, daba contenido al campus», como también afirma la versión del Rectorado. Es entonces, cuando los contactos con tres cineastas laureados, Gonzalo Suárez, su hermano Carlos, y el fallecido recientemente Miguel Angel Rivas, fructifican y el banderín de la promoción social se garantiza. «Gracias a estas personas se pudo traer a grandes mitos del cine, como el cénit que supuso tener a Woody Allen en Ponferrada», explican antiguos docentes de la Escuela que dimitieron en bloque el pasado curso «en desacuerdo con la Dirección». El éxito del número de matrículas, 120, «era a todas luces excesivo», afirma Herráiz, quien reconoce que «ha habido fallos». Gonzalo Suárez dimite casi al tiempo de salir la primera promoción, y se desvincula del proyecto, centrando sus críticas en «la baja calidad de muchos docentes contratados y la nula gestión de la Escuela». Según algunos profesores del grupo dimisionario se afirma que «empezamos a dar clases sin un plan de estudios claro y con una serie de contrataciones de compañeros muy afines al director y no con criterios profesionales resolutivos». Estas mismas fuentes aducen que «impartir clases en un ambiente tan de enfrentamiento, de desorden, era casi imposible. Lo único bueno era el abundante material técnico que la Universidad nos brindó. Pero algunos de nosotros tuvimos que redactar un plan de estudios adecuado a la realidad y a esta profesión». El Ayuntamiento, mientras tanto, contento por tener una titulación más en Ponferrada, ha apoyado con becas y colaborado en lo posible con la Universidad. Ésta, que dejó en un principio la tarea docente a Maxinema y que «fue cuando los problemas», según la versión de los docentes dimitidos, «empezaron a surgir», tuvo finalmente que intervenir y contemporizar ánimos día tras día. «Al descenso de matrículas podríamos aducirle el descenso de población, la oferta más agresiva de centros docentes parecidos y el período de reestructuración del plan inicial», justifica el vicerrector. Un síntoma más de esta readaptación fue el descenso de ocho a cuatro especialidades, así como un paulatino aumento del coste de la matrícula que, según los alumnos, «ronda los 6.000 euros». Mientras tanto, entre problemas burocráticos y académicos, han salido dos promociones con un título bajo el brazo que no es reconocido oficialmente. Endesa, por ejemplo, no beca a sus mutualistas en unos estudios no oficiales. En éstas, el rector propone su reconversión en FPII. La Junta está de acuerdo. Los exalumnos se quejan de «haber sido engañados. En el mercado hay muchas academias privadas así». El dimisionario exdirector de la Escuela, Gonzalo Suárez, así como su hermano Carlos, mostraron su alejamiento desde hace un año de «todo lo que tenga que ver con ese centro». El que fuera bandera y símbolo, reitera lo dicho en su despedida, donde dejó claro que «los contínuos desacuerdos e incumplimientos con los criterios docentes marcados desde el inicio de este bonito, pero ya distinto proyecto provocaron la renuncia». Falla la gestión y el profesorado, según el cineasta. El vicerrector del Campus en el Bierzo, Luis Herráiz desdramatiza la reconversión de la titulación propia hacia la titulación propuesta. «Con la FPII al menos oficializamos los estudios en el catálogo de titulaciones. Nos hacemos competitivos y no renunciamos a una futura homologación de diplomatura». Herráiz reconoce «fallos en años iniciales, sobre todo en el profesorado, pero sería injusto no decir que algunos se han dejado la piel en esto. El futuro es poco claro, pero somos optimistas». El director de la Escuela de Cine de Ponferrada, Eduardo Keudell, afirma que «no somos quienes tenemos que valorar la marcha de la Escuela, ni nada que tenga que ver con la valoración realizada por otras personas», contesta al aducirle las diversas versiones de los que han tenido que ver con el proyecto. El director, deja en manos «del rector o el vicerrector, las autoridades docentes, las que tienen que hablar sobre la Escuela, su futuro, la reconversión en titulación de FP o lo académico». El concejal de Acción Social del Ayuntamiento de Ponferrada, Reiner Cortés, es el representante máximo de donde parten las ayudas o becas a alumnos de la citada Escuela. En cuatro años se han dado 78.000 euros de forma directa, más otro tipo de colaboraciones por convenio del patronato. «El Ayuntamiento ha cumplido su parte. Esperemos que esta crisis se remonte, aunque la cosa cambia si en vez de una diplomatura se reconvierte en FPII», afirma el edil. Maxinema es una sociedad limitada encargada de regir la Escuela de Cine. Con domicilio social en la Avenida de Palencia número 2 de León, tiene declarada su actividad como «producción, servicios relacionados con la misma, películas cinematográficas y vídeos». Su activo es de 585.754,09 euros y en su último año declarado en Registro Mercantil tuvo un superávit de 87.978,51 euros. Con cuatro trabajadores de plantilla tiene en Fernando Díaz Rios y en el director de la Escuela de Cine, Eduardo Keudell, sus dos administradores nombrados el 10 de enero del 2001, fecha en que se constituyó la sociedad con un capital de 3.100,2 euros. Víctor García, según ha podido saber este periódico, «es el gerente de Maxinema y hace de jefe de estudios en la Escuela», así como Manuel Cuenya, «es el encargado de las relaciones públicas, dando también clases en la Escuela de Cine». Presuntamente, cuatro nombres «para las cuatro nóminas fundacionales de Maxinema». El depósito de cuentas inicial del año 2000 se efectuó el 8 de noviembre del 2001. Con dos aumentos de capitales, precisamente este año, el 18 de marzo, con 1800.00 euros, y el 31 de mayo, con 300.000 euros más. Maxinema amplió su objeto social el 2 de julio del 2002, introduciendo el concepto de «industria y la formación cinematográfica».

tracking