Ponferrada «pierde» la torre de La Rosaleda

La decisión del Ayuntamiento de Ponferrada, en vísperas de las elecciones municipales del 2003, de integrar en Columbrianos a una pequeña parte del barrio de Compostilla podría deparar ahora un delirante quebradero de cabeza al equipo de gobierno que encabeza el popular Carlos López Riesco. La pedanía de Columbrianos persigue desde entonces que la administración municipal reestudie una nueva delimitación que -sorpresas que depara la historia- integraría en esta pequeña localidad a grandes barrios urbanos como el de Cuatrovientos, e incluso a un sustantivo pedazo del nuevo y sofisticado barrio de La Rosaleda. La tormenta de lindes que se podría avecinar arranca de una petición en el año 2002 de la antigua junta vecinal de Columbrianos -denunciando errores en el censo de Fuentesnuevas- para que habitantes de esa entidad local menor se reasignaran a Columbrianos. El pedáneo, Argimiro Martínez, presentó en aquel instante unos planos del Instituto Geográfico Nacional y el Catastro en los que se legitimaba la modificación. Pero el grupo de gobierno del PP, un tanto sorprendemente, reaccionó incorporando a Columbrianos media docena de calles del barrio de Compostilla, cuyos residentes -como efecto más inmediato- votaron en un colegio electoral de la entidad local menor. Los mismos documentos del Instituto Geográfico Nacional, que recogen el amojonamiento o deslinde histórico entre Ponferrada y Columbrianos hace casi un siglo, son los que ahora esgrime el actual pedáneo, José Andrés Fernández, para reclamar la adscripción no ya sólo de parte del barrio de Compostilla, sino de la práctica totalidad del de Cuatrovientos -uno de los más populosos de Ponferrada-; de un pedacito de la pedanía de Fuentesnuevas, y de casi un tercio del barrio más moderno y prometedor urbanísticamente hablando de la capital berciana, el de La Rosaleda. Mojones de 1918 De tal modo que a tenor de los planos elaborados en abril de 1918 por los técnicos del Instituto Geográfico y Estadístico, los futuros residentes en el emblemático «rascacielos» de La Rosaleda serán vecinos de Columbrianos si es que llega a prospera la solicitud de esta pedanía de apenas un millar y medio de habitantes. La Junta Vecinal de Columbrianos solicitó una nueva jurisdicción al Ayuntamiento a través de un escrito el 4 de diciembre del año 2003. Y a ese expediente, según ha podido conocer este periódico, es al que se han aportado los documentos a través de los cuales se reivindica la anexión de los espacios urbanos mencionados, casi hasta la frontera con la céntrica barriada del Temple. Columbrianos «capital» Si el empeño de la pedanía cuajara podría darse la circunstancia, paradójica, de que Columbrianos pasase de los 1.704 vecinos actuales a cerca de 5.500 -sin incluir los futuros moradores del rascacielos de La Rosaleda-. De tal modo que el pueblecito se situaría no ya sólo como la entidad menor más poblada de Ponferrada, sino con más habitantes que el resto de los municipios del Bierzo, salvo el de Bembibre. Electoralmente, siempre en el terreno de la política-ficción, podría darse la circunstancia, asimismo, que el próximo presidente de la Junta Vecinal de Columbrianos residiera en otra zona bien distante dentro del propio municipio. Compostilla en los juzgados Entre tanto, casi un millar de vecinos del barrio de Compostilla, prosiguen inmersos en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de León con una demanda a través de la que pretende que el equipo de gobierno del PP al frente del Ayuntamiento de Ponferrada tenga en cuenta el recurso que en su día desestimó para que la barriada mantenga su definición territorial, al menos en sintonía con la que existía en el año 2003. Aunque acaso los litigantes, gobernantes locales y vecinos de Columbrianos acaben optando por la vía del diálogo para alcanzar un acuerdo que no de pie más al crecimiento de este peculiar estrambote territorial.