Diario de León

| Reportaje | Fraude en los seguros |

Agentes de seguros y detectives Inversión de las compañías en investigación Mecanismos de defensa ante diferentes engaños

Los asegurados bercianos intentaron cobrar el año pasado 3,5 millones de euros de forma fraudulenta. Las compañías, tras demostrar el engaño, sólo pagaron unos 700.000 euros

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Alejandro J. García - ponferrada
Ponferrada

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Oficialmente se califican como fraudes, pero lo cierto es que las propias compañías de seguros y mutuas prefieren denominarlo estafa. De una forma u otra, lo cierto es que estos hechos existen y suceden más de lo que habitualmente la sociedad se cree. Éste, es un breve y modesto recorrido por el ancho mundo de los seguros y el fraude realizado gracias a varias empresas que trabajan en el Bierzo, aunque sólo Seguros Nansa y Asesores Reunidos dieron permiso para ser citados. Contratos habituales Los expertos explican que el seguro que más se trabaja es el seguro obligatorio del automóvil, después estaría el seguro del hogar también llamado multirriesgos y en tercer lugar, los seguros de responsabilidad civil obligatorios de las empresas. «El empresario en este tipo de seguros intenta protegerse de los accidentes laborales», expone Jorge Juan Pérez, director de Seguros Nansa. Estos tipos de seguros conforman la mayoría del volumen contratado habitualmente en las empresas. En un segundo estadio se encuentran los seguros de las comunidades de vecinos, los de accidentes, los personales, muchos de éstos últimos se incluyen en los convenios colectivos de las empresas, y por último los planes de jubilación y pensiones. Los más fraudulentos Las aseguradoras califican como fraude el hecho de que «el 25 por ciento de los vehículos que circulan por el Bierzo carecen de seguro obligatorio. Si una persona con seguro tiene un accidente con uno que no lo tiene, la compañía del asegurado al tener la culpa del choque, pongamos por caso, tiene que compensar al que circula sin póliza de seguro. Se produce una terrible injusticia», narran los expertos. Además, si de por medio hay lesiones corporales, los procesos son largos y costosos . También se da mucho el típico caso de alguien que se sale de la carretera o tiene un percance y se pone de acuerdo con un amigo para decir que fue él quien lo hizo o viceversa, según convenga en el arreglo. En un taller de Bembibre se descubrió que pusieron la misma batería en tres vehículos distintos y daban golpes a los coches. «Los peritos aquí trabajan duro y resuelven la mayoría de los casos». Existe el caso de un sujeto que se atropelló a sí mismo y se pudo demostrar el fraude. Lo cierto es que los agentes de seguros y peritos se vuelven de la noche a la mañana detectives privados. ¿ Por cada euro invertido en la lucha contra el fraude, las aseguradoras recuperaron el año pasado 34 euros, según publicó un estudio realizado por un medio de comunicación nacional. Hablando con los agentes de seguros de Ponferrada explican que «el trabajo de los peritos y el nuestro suele ser suficiente. Sólo en casos de mucha cuantía económica o de gran dificultad se llega a contratar los servicios de detectives privados». Lo normal es comprobar dónde estaba el asegurado, ver si es verdad, cotejar llamadas, realizar pesquisas de pruebas en vehículos, casas, incluso médicas en caso de las mutuas. Pero lo cierto es que buena parte del porcentaje de las aseguradoras, cada vez más, se va en inversión en investigación. En las compañías pequeñas a penas ronda un 3 o un 5 por ciento del presupuesto, mientras que en las nacionales e internacionales se duplican o triplican los porcentajes para combatir esta malsana costumbre. Según datos de un informe de la asociación Investigación Cooperativas entre Entidades Aseguradoras (ICEA), extrapolados al ámbito comarcal, el cerco al fraude se estrecha cada año que pasa. El año pasado las reclamaciones sospechosas de fraude alcanzaron los 3,5 millones de euros. Las entidades pagaron sólo un 20 por ciento de esa cantidad, es decir, 700.000 euros aproximadamente. A la luz de estos datos se estima que el fraude evitado el año pasado se situó en 2,8 millones de euros tan sólo en el Bierzo. «Vivimos en un mundo de comisionistas, y hay que diferenciar el que contrata un seguro con una persona cuya actividad laboral no es esa y el que lo hace con un agente de seguros colegiado y que se dedica a esto. Generalmente la profesionalidad, la seriedad y una compañía fiable está detrás», explica Jorge Juan Pérez. En segundo lugar, donde más fraude se da es en las mutuas laborales por accidentes de trabajo. Éstas, se rigen por presupuestos y leyes del Ministerio de Trabajo por lo que el control es muy efectivo y exhaustivo. Las mutuas, además de curar a sus asociados evitan muchos fraudes que, aún así, se dan. Los más comunes: lesiones que no lo son. Narran un ejemplo de un supuesto minero que quedó sordo por una explosión. En el juicio el abogado de la mutua tiró una moneda al suelo y el trabajador giró la cabeza mirando al suelo. El juez se convenció así del engaño. Las mutuas y aseguradores dicen que «los jueces deberían tener más voluntad para perseguir estos intentos de estafa. No es una proeza engañar a las aseguradoras, es un delito, pero que no se persigue». Se fingen accidentes con complicidad médica y raras veces hay problemas con los seguros de vida. Éstos son «sobretodo, un mercado de los bancos y sólo si hay complicidad desde dentro puede llegar a haber fraude», argumentan los expertos consultados. Sin embargo, los del hogar son habituales, «se firman pólizas y luego se llama alegando averías, pero generalmente se descubre. Pero siempre hay quien pretende cambiar la casa, las tuberías por un pequeño siniestro o una gotera». Un caso terriblemente escabroso se dio recientemente en Albares de la Ribera. Un hombre contrató ocho pólizas con otras tantas aseguradoras y días después perdió una mano. ¿Casualidad? ¿Estafa? El hombre perdió su mano, pero también ganó el juicio y cobró ocho veces por ella. También ha existido algún caso de incendio doméstico donde se comprobó por los restos que los muebles más caros habían sido sustituidos por otros de segunda mano. ¿ Al ser en el ramo de los automóviles donde se dan la mayor parte de los fraudes a las compañías de seguros. Éstas, aplican ya de forma habitual una serie de técnicas de defensa para intentar descubrir el engaño. Según las propias compañías aseguran, «se descubre la verdad en el 80 o 90 por ciento de los casos». La investigación introduce elementos como la filmación y fotografía, comprobación de daños en los bienes, entrevistas con familiares, entrevistas con las personas que intervienen en los salvamentos, comprobación de daños en el vehículo, cotejar la información propia y de la entidad contraria, altura y características de los daños, visita al lugar del accidente, localización de testigos, restos de pintura, comprobación de la fecha del suceso, confidencias del taller, antigüos daños del vehículo contrario, restos extraños, contratación de investigadores externos, llamadas cruzadas y, si llega el caso, investigaciones varias en bancos, registros, etc.

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