Se cumplen seis años sin justicia por los dos muertos del fuego de Oencia

Ayer domingo se cumplieron seis años de la muerte en un incendio en Oencia de dos brigadistas de la Junta de Castilla y León, Fidel Brañas, que por aquél entonces tenía 38 años y vivía en Veguellina, y Manuel García, de 45 años y vecino de Moldes, en el municipio de Barjas. Los dos perecieron cuando trabajaban en la extinción de un incendio declarado en los montes del Bierzo Suroeste. Transcurrido todo este tiempo, sus familias aún no han obtenido ninguna respuesta de las demandas interpuestas para aclarar las responsabilidades del siniestro que terminó con la vida de los dos hombres. La hermana de Fidel Brañas, Geni Brañas, denunció ayer que su demanda está paralizada desde hace «mucho tiempo» en los juzgados de Valladolid, sin que, dice, «nadie haga nada». Geni, en representación de toda la familia de Fidel, pide directamente a la Junta de Castilla y León que reconozca su responsabilidad en la muerte de su hermano. Los familiares sostienen que fue una orden errónea del agente forestal que estaba al mando de los brigadas la causante de las muertes. «El culpable es el agente forestal, Fernando Blanco Gutiérrez, y queremos que la Junta lo reconozca. Fue una orden suya la que obligó a mi hermano y a su compañero a meterse en una ratonera que no tenía salida, y en consecuencia, la que les mató», afirma Geni. Desde entonces, cada año en esta fecha, la familia de Fidel Brañas acude a este periódico a recordar la situación, indignados de ver cómo pasan los años y la justicia y el Gobierno Regional siguen sin hacerse cargo de su demanda. Aún hay esperanza A pesar de la larga espera que están soportando los familiares, Geni Brañas manifiesta su confianza en que la resolución «llegue algún día», porque, dice, «lo único que queremos es que se reconozca cuál fue la causa que provocó las muertes». Con dificultad por la emoción que le produce recordar el siniestro, la hermana de Fidel Brañas manifiesta su desconcierto por cómo el agente forestal al mando organizó aquél día la extinción. Geni afirma que «el fuego sólo afectaba al monte, no había peligro para ninguna población y no había nada que hacer».