La acusación dice que la empresa quiso ocultar grietas en su sede

Los abogados de los 49 vecinos que reclaman indemnizaciones por un importe global que ronda los 150.000 euros, consideran que Uminsa ha intentado ocultar los desperfectos sufridos en sus propias oficinas. En la primera jornada de la vista, tanto el ingeniero técnico de Uminsa, como el representante de la misma negaron que la explosión del 5 de febrero de 1999 en un tajo de las concesiones Julia, 2,3 y 4 en Otero de Naraguantes, hubiesen afectado a dichas instalaciones. Mientras que en el informe del arquitecto madrileño, Ignacio Irazusta a requerimiento de Uminsa, refleja que la explosión afectó a tres o cuatro despachos. «¿Cómo puede ser que la explosión hubiera afectado a esas oficinas situadas a un nivel bastante más bajo que el de la voladura que sí hace de escudo de protección. Y no puede haber afectado a edificios de Otero de Naraguantes que están a quinientos metros del mencionado tajo?» le espetaron desde la bancada de los abogados de la acusación, que además hicieron notar que elaborado el informe transcurridos tres años de la voladura.