Diario de León
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JOSÉ ÁLVAREZ DE PAZ
León

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DOS CONDUCTORES ebrios sometidos a juicio rápido en Ponferrada. Un conductor que dio positivo en un control de alcoholemia en Jiménez de Jamuz arremete, supuestamente, a un guardia civil. Cerca del 40% de los conductores sometidos a control después de un accidente dan positivo por estos lares. Según datos de la unidad de tráfico de León, poco caso hacemos aquí del carnet por puntos, porque en la estadística nacional al respecto figuramos como la oveja negra que sigue a su bola mientras otras van entrando en el redil, según las encuestas. La última memoria de la unidad de tráfico de la policía local de León confirma que se produjeron en aquella demarcación el último año 612 accidentes relacionados con el alcohol. Ante semejante panorama, el penúltimo asalto al gobierno, protagonizado por la oposición salutífera que no nos merecemos, se está librando al grito de vivalvino y vivaspaña, coño. Previamente, los del sindicato de hostelería y similares habían arremetido contra las secuelas perversas del carnet por puntos, alarmados ante el descenso, sólo por ellos detectado, del consumo de alcohol a nativos, medrosos y remisos ante los manteles mientras los foráneos trasiegan como alatristes. Es como si los enterradores se manifestaran en Africa bajo una pancarta contra la vacuna anti-malaria. Porque los devastadores efectos del alcohol, que están obligando a las autoridades a endurecer los controles de su venta a menores, se pueden valorar como una verdadera plaga bíblica, socialmente asumida. Si a los muertos y heridos en la carretera sumamos el absentismo y la siniestralidad laboral, las estancias hospitalarias y las enfermedades crónicas, la violencia doméstica, la quiebra de muchas familias y sus secuelas derivadas, concluiremos que no es exagerado calificar de pandemia este asunto. Y ello aunque la parcela, como es el caso, esté en buenas manos. Conozco bien al subdelegado del Gobierno y sé que no descansa en su trabajo al frente de los medios disponibles, siempre escasos, que al parecer se verán implementados con nuevas patrullas, helicópteros y otros recursos preventivos de esta dolencia colectiva, que tampoco se va a remediar sólo con más presupuesto, aunque también. Mientras la conciencia ciudadana no alcance este punto de inflexión, a los 289 conductores privados de su licencia se unirán otros en un largo doloroso recorrido hasta lograr que nuestra seguridad vial está a la altura del resto de España, que no es mucho pedir.

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