Adiós, «cacique»

LO HACÍA por tocarte las narices, lo sabes. Te mantuve el apodo «Cacique» que hace tiempo te puso Tarsicio, y te lo llamaba con el mismo cariño con el que tu me decías «Furti», porque tú fuiste quien me apodó «El Furtivo De El Bierzo».Ahora te has ido y yo no me imagino el bar sin ti. Sin esa expresión pícara y ufana diciéndome «así, así, así gana el Madrid». En el recuerdo seguirán aquellas broncas que montábamos los dos, haciendo creer a todos que iban en serio. Hasta Marga, tu mujer, creía que discutíamos de verdad. Tu hijo, Diego, dijo que todo siguiera igual, y eso hemos intentado. El sábado jugó el Madrid, y a pesar de tu ausencia estabas en el bar, porque tu asiento era tuyo en cada partido. Y tiré mis bombas con cada gol, como siempre he hecho, pero era diferente porque, al volver, ya no podía decirte «Cacique, otro partido más», ni tu me respondías «Así, Así, Así gana el Madrid». Son tantas y tantas anécdotas tuyas, que me has dejado un precioso album de recuerdos y material para comentar, señalando que cada una de esas historias son de «El Cacique» o de mi abuela, la sabia Segunda. Podría llenar folios y folios contando todas las anécdotas que salieron de los miles de horas que pasamos juntos, desde el instituto a las juergas, las comilonas e incluso cazando. Te dimos el último adiós y te llevamos entre llantos, seis amigos, hasta donde vas a descansar. Pero yo no soy capaz de creerme que no voy a verte más. He despedido a muchos amigos y familiares, pero lo que siento por ti, creo que no lo sentiré jamás. No domino el llanto reconociendo este cariño que me hubiera gustado decirte con palabras, pero no habría sido capaz de decir ni una sola. Aún así estoy seguro de que eso también lo sabes.Siempre estarás en mi recuerdo «Cacique».