Los dos vocales de la mayoría de las empresas de la D.O. Bierzo renuncian irrevocablemente
Dimiten los portavoces de las bodegas privadas en el Consejo Regulador del vino
Los suplentes ya han formalizado también sus dimisiones y la crisis está servida en el organismo Fia
Los problemas con los que arrancaron las últimas elecciones en el Consejo Regulador de los Vinos de la Denominación de Origen Bierzo han acabado por estallar. Los dos representantes de la gran mayoría de las bodegas privadas en el citado organismo han presentado su dimisión irrevocable. Tanto Serafín Quiroga (Castroventosa) como Marcos García (Vinos de Valtuille) entregaron a finales de la semana pasada, según ha podido conocer este periódico, sendas cartas al presidente del Consejo Regulador, Alfonso Arias, en las que uno y otro le comunican la renuncia al cargo. Pero es que ninguno de ellos podrá ser relevado en las vocalías que pertenecen al grueso de las bodegas privadas porque los suplentes de ambos también han anunciado su dimisión. Así se lo han notificado también a los responsables de la D.O. Bierzo el representante de Dominio de Tares, Pedro González Mittelbrún, y de Peique, Luis de Priego. Con estas cuatro dimisiones, el Consejo Regulador de los Vinos del Bierzo se queda con sólo diez de sus doce vocales; nueve vinculados fundamentalmente a las cooperativas y uno más -Víctor Robla- a un pequeño estrato de bodegas privadas con alto volumen de producción. Los vocales dimisionarios, aún siendo sólo dos, representan en realidad a más de una treintena bodegas del sector privado en la comarca del Bierzo -algunas de las más reputadas tanto nacional como internacionalmente-. Aunque este periódico no pudo ayer obtener una argumentación precisa de los motivos que han desencadenado lo que ya se entiendo por algunos analistas como una auténtica crisis, en el fondo de la cuestión late precisamente lo mismo que cuando se convocaron las últimas elecciones a finales del 2006. Las sociedades privadas no entienden que dispongan tan poca voz, y por tanto tan bajo nivel ejecutivo en el Consejo Regulador, cuando su dinamismo en los mercados -facturación, promoción e imagen- es muy patente desde hace tiempo. Este enfoque, de hecho, es el que ha llevado al menos a una decena de ellas -no todas comparten este planteamiento- a crear una asociación empresarial de bodegas cuyo objetivo inicial era trabajar en paralelo con el Consejo Regulador, pero sin llegar a abandonarlo.