Diario de León

El concejal de Tráfico aseguró que «no hubo accidentes ni incidentes de especial importancia»

La normalidad presidió la subida a Montearenas con más de 8.000 visitas La Encina visitó por primera vez el cementerio

La Policía Municipal contabilizó en total 3.026 coches, pocos más que el año pasado

El servicio de transporte urbano trasladó a gran cantidad de personas

El servicio de transporte urbano trasladó a gran cantidad de personas

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M. J. Alonso - ponferrada
Ponferrada

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El día de Todos los Santos se cerró en Ponferrada con total normalidad y sin ningún incidente relevante. Así lo confirmó a este periódico el concejal de Policía, Protección Civil y Régimen Interior, Tino Morán. La situación fue prácticamente equiparable a la del año pasado, con un número de vehículos aproximado de 3.026 -en torno a 3.000 fueron en 2007- y «no se registraron atascos más que los lógicos de un día como este y en puntos concretos próximos al cementerio, como es natural», aseguró Morán. Incidentes que nada tienen que ver con grandes colapsos de vehículos o largas colas de espera en la subida o bajada al cementerio, sino simplemente «acumulaciones leves de coches que circulaban a baja velocidad pero que fueron resueltas con el éxito esperado». Opinión no compartida por el presidente del PRB, Tarsicio Carballo, que a través de un comunicado aseguró que se formaron «interminables colas debido a la mala planificación de los accesos al cementerio». Más de 8.000 personas visitaron el Camposanto de Montearenas en la jornada de homenaje a los difuntos, la mayoría lo hicieron en sus vehículos particulares, pero el transporte público de Ponferrada también desplazó a gran cantidad de vecinos gracias a las líneas especiales previstas por el Ayuntamiento de Ponferrada. La fiesta de Todos los Santos celebrada ayer coincidió con el Año Jubilar de la Virgen de la Encina. Es por ello que en su peregrinación por todo el Bierzo, con motivo del centenario de su coronación, la imagen de la Morenica se detuvo en la capilla del Camposanto de Montearenas para presidir, junto al obispo de la Diócesis de Astorga, Camilo Lorenzo, la misa celebrada en honor a la memoria de todos los santos difuntos. Si bien el acto se ofició en el cementerio municipal de la capital berciana, el rezo se hizo extensible a todos los cementerios de la comarca que a la misma hora, las cuatro y media de la tarde, oficiaron las liturgias en recuerdo de los que se han ido. Las flores inundaron de color los cementerios bercianos como símbolo del recuerdo vivo en la memoria de los familiares. Miles de ramos y centros coronaron nichos y tumbas. De entre todas la flores, el clavel de color rojo fue el preferido en detrimento de los crisantemos.

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