Diario de León

Reportaje | r. arias

Vendimia bajo el filo de la luna

Soto del Vicario es la primera bodega berciana que implanta la recogida de uva nocturna en sus viñedos cacabelenses de la localidad de San Clemente

Imagen de un vendimiador en plena faena en los viñedos de Soto del Vicario en San Clemente.

Imagen de un vendimiador en plena faena en los viñedos de Soto del Vicario en San Clemente.

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La luz de la luna baña tenuemente los racimos y se refleja intermitente en el filo de los cortes que portan los vendimiadores. Las gotas de sudor se mezclan con el relente de la madrugada y con el rocío más temprano. Entre los sarmientos verdes brillan destelleantes los focos anaranjados de una brigada que en la noche podría confundirse con una partida de extraterrestres.

Es desde luego una imagen nada usual en el septiembre berciano de la vendimia. El escenario son los viñedos de la joven bodega Soto del Vicario, en la localidad de San Clemente, muy cerca de Cacabelos, donde se ha optado por implantar la vendimia nocturna.

No es una excentricidad. «Se trata de implantar una filosofía de conservación de los aromas naturales de la uva, que en muchas ocasiones son dañados por el calor del día», aduce la enóloga de la firma, Sandra Luque.

Soto del Vicario petenece al grupo manchego Pago del Vicario. En Ciudad Real esta sociedad cuenta con 130 hectáreas de viñedos y un complejo enoturístico que alberga un hotel de cuatro estrella y un restaurante. También, junto a la bodega berciana, ha apostado por Pago del Mare Nostrum, en Fondón (Almería), donde se vendimian 6,5 hectáreas a 1.500 metros de altura.

En San Clemente la recogida se inicia cada día sobre las doce de la noche. Los trabajadores coronan sus cascos con linternas mineras para iluminar las parcelas. A veces es preciso abrigarse, porque frente a las altas temperaturas diurnas en la madrugada el termómetro puede caer hasta los ocho grados.

Las viñas de Soto del Vicario están encuadradas dentro de una finca de 35 hectáreas que cuentan con dos bosques de especies autóctonas en donde se dan la mano encinas, robles, madroños y, sobre todo, castaños, de ahí el nombre de Soto. Asimismo, en la hacienda despuntan los cerezos y los ciruelos entre perales y manzanos. La finca dista 4 kilómetros del centro del municipio de Cacabelos y 11 kilómetros de Villafranca del Bierzo.

Soto del Vicario se presenta como una clara apuesta frente al cambio climático. El viñedo, que se haya flanqueado por el pueblo de San Clemente y el poblado romano de Castro Ventosa, está a 700 metros de altitud sobre el nivel del mar, con un clima fresco, suelos arcillo-arenosos, con importante cubierta vegetal y una pluviometría media de 700 litros por metro cuadrado y año.

El viñedo de Soto del Vicario cuenta con un total de 19 hectáreas. De ellas, 11,5 han podido reunirse gracias a la paciente adquisición de 190 parcelas, muchas con una extensión simbólica, que va desde las 0,04 hectáreas las más pequeñas hasta 0,8 hectáreas las más grandes. Toda esta extensión suma cuatro hectáreas únicamente, plantadas a distancias de 1 x 1 metro o de 1,25 x 1,25, la misma extensión que utilizan los bordeleses o que usaban antaño los antiguos romanos. Se trata de cepas que cuentan entre 50 años las más jóvenes y 110 años las más viejas. En ellas se entremezclan la mencía, con godello, doña Blanca, jerez y malvasía. Las 7,5 hectáreas restantes, plantadas entre 1997 y 2001, se encuentran alineadas en espaldera y corresponden únicamente a la variedad tinta mencía.

El viñedo viejo produce una media de 3.500 kilogramos por hectárea, con muchas cepas que apenas dan 500 gramos de maravillosa mencía.

Go y Men. En las blancas, además de la godello, destaca la doña blanca, una uva que se introdujo en su momento por ser muy productiva, pero que con el tiempo, y una cuidada selección, que no va más allá de los 3-4 kilogramos por cepa, ofrece una conjunción increíble de aromas, máxime cuando tiene una edad de 80 años como ocurre aquí. La bodega tiene capacidad para elaborar 250.000 kilogramos de uva, con una mezcla donde se combina tradición y modernidad y un claro respeto por la uva mediante una apuesta por su tipicidad e identidad. El parque de barricas está compuesto por 205, de las que 125 son de roble francés, 70 de roble caucásico (húngaro) y 10 de roble americano Victoria de tostado medio.

Soto del Vicario inició su andadura en 2006 y en estos momentos, tiene en el mercado el Go 2007 (elaborado con las castas godello y doña blanca) y Men 2007, elaborado con mencía en su totalidad.

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