Diario de León

Suben los inmigrantes que acumulan la prestación del paro para retornar

Las capitalizaciones pedidas en 10 meses equivalen a la suma de los últimos 4 años.

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ALICIA CALVO | Valladolid
León

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Llena la maleta, igual que hace nueve años, pero para cubrir el trayecto inverso a Brasil. Pesa parecido. Tampoco se lleva mucho. «Los recuerdos», eso sí. Billetes, «poquitos». «No ha salido bien», lamenta un peón de la construcción sin nómina desde hace tantas mañanas que una se decidió a acudir a la trabajadora social de su barrio. Es uno de los 601 inmigrantes residentes en Castilla y León que este año vuelven a su país de origen cobrando por anticipado la prestación por desempleo que le queda, a través del Plan de Retorno Voluntario del Ministerio.

Se puede decir que este plan —que también ofrece otros tipos de retorno para quienes no tienen prestación— nunca ha tenido demasiado ‘tirón’. Tal vez por el desánimo del compromiso que llevaba aparejado: no volver en tres años. La tendencia este año ha cambiado.

En Castilla y León se han cuadruplicado las personas extranjeras que decidieron capitalizar el paro para empezar de nuevo en su país. Sólo de enero a octubre fueron 601 inmigrantes y ya igualan la suma de los que lo hicieron en los últimos cuatro años, desde 2009 a 2012, según los datos facilitados por CCOO, el Ministerio y la Delegación del Gobierno.

Desde que comenzó el programa en 2009 suman 1.201 los usuarios de esta modalidad de retorno, que recibieron una cuantía media de entre 9.000 y 11.000 euros.

Varias ONG achacan este incremento al fin de la resistencia ante la crisis. «Han aguantado los primeros años hasta que han visto que ya no hay otra opción. Tienen hijos y algunos han nacido aquí. Están integrados y su deseo es seguir, pero ven que no pueden», indica Daniel Duque, responsable de la asociación ACCEM, que ha ayudado a retornar a 153 personas de la Comunidad.

Obviamente, son más los que regresan por su cuenta «porque o no cumplen los requisitos o quieren dejar la puerta abierta a volver antes de tres años si no les salen bien las cosas o si la situación económica y las oportunidades mejoran aquí», explica Jorge Llorente, director del Área de Trabajo e Inmigración en Castilla y León de la Administración General del Estado.

La mayoría partió de Valladolid y Segovia. En lo que va de año, han dicho adiós cada una a 104 residentes que decidieron empezar de nuevo en su tierra natal acumulando la prestación del desempleo. En ambos casos, la cifra supera a la suma de los cuatro años anteriores. De 2009 a 2012 fueron 86 extranjeros los que retornaron desde Valladolid y 61 desde Segovia.

Seguidas de León. 88 residentes de esta provincia han partido de vuelta en los diez últimos meses. Cuatro más que todos los que lo hicieron en los años anteriores. 85 inmigrantes convertidos de nuevo en emigrantes vivían en Ávila y 83 en Soria.

Aunque en el cómputo de los últimos cinco años Burgos es la provincia con más población extranjera y también de la que se ha marchado un mayor número de personas (215) que desde 2009 se han acogido a la modalidad de acumular el paro, en los primeros nueve meses de 2013 ‘sólo’ 63 inmigrantes lo han hecho.

En Zamora (32), Palencia (27) y Salamanca (15) este año se han producido menos retornos por esta modalidad.

Este plan, que fue aprobado por el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, incluye, además de esta opción de acumulación de prestación por desempleo, dos modalidades más.

Una de ellas es el retorno voluntario de atención social, dirigido a inmigrantes en «situaciones precarias y vulnerables», gestionado por Cruz Roja y ACCEM. «Si cumplen los requisitos se les paga el billete y se le da algo de dinero para los primeros días allí», explica Jorge Llorente.

Una tercera vía consiste en el retorno voluntario productivo, pensado para quienes quieren emprender en su país de origen. Esta opción no ha sido reclamada por ningún usuario de Castilla y León. «Es complicada de tramitar, hay que presentar un proyecto, que se valide, tener socios...», explica Daniel Duque, de ACCEM.

Hay causas que se repiten caso a caso. «No tienen trabajo. Ni recursos económicos. Y a veces les cuesta menos tomar la decisión porque ya han pasado por un proceso migratorio», indica Rosa Eva Martínez, secretaria de Mujer y Políticas de Igualdad de CCOO, que esta semana anunció un programa para prestar atención e informar sobre los derechos de los ciudadanos en el exterior.

Las dudas de quienes quieren informarse sobre el plan de retorno voluntario suelen versar sobre los trámites administrativos, los derechos laborales del destino, las prestaciones, cómo equiparar cotizaciones o la atención sanitaria...

Jorge Llorente incide en que son «muchos menos» los que regresan que los que se quedan. En junio, alrededor de 190.000 extranjeros tenían tarjeta de residencia en vigor en Castilla y León, según el Registro Central de Extranjería, «no totalmente fidedigno pues incluye a muchos que se han ido, porque al marcharse casi nadie avisa para borrarse», matiza.

«Muchas veces no les espera algo mejor», explica Llorente. También lo expone José María Lucas, coordinador de Red Íncola Castilla y León: «Se quedan a veces por la sanidad y educación de sus hijos. Aunque lo pasan mal, tienen acceso a ayudas públicas, a una red de asociaciones, a una educación de calidad y a una atención sanitaria también de calidad, al menos de más calidad que en su país, según el caso».

Los principales destinos de regreso son Ecuador, Colombia y Brasil, seguidos por Bolivia, Argentina, Perú y Honduras.

Si las salidas resultan complicadas, la decisión de pisar por primera vez Castilla y León, también. Tal y como reflejan los permisos de residencias y autorizaciones realizadas por la Oficina de Extranjería, los motivos que impulsan las llegadas varían a la par que la crisis económica. Hace un lustro, los recién llegados de otros países argumentaban en su mayoría motivos laborales. «Antes venían a trabajar, ahora casi todo son renovaciones o permisos por causas familiares», indica Llorente.

Los permisos de residencia y trabajo autorizados a junio de este año ascienden a 24.224, lo que supone un 34% menos que el mismo mes del año pasado, cuando aprobaron 36.708 resoluciones. Por esta oficina pasan los ciudadanos procedentes de países no europeos, «por lo que refleja parte de la baraja», aunque confirma una tendencia.

En algunas provincias como Valladolid esta variación ha sido elevada, de 6.116 permisos concedidos en junio de 2012, ha pasado a 3.740 un año después. La idea de que España podría volver a ser un país de abundancia estaba en la mente de muchos, pero se va disipando.

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