Diario de León

Un grupo de activistas de Greenpeace ‘desmantela’ la central de Garoña

Los ecologistas, con pancartas y mangueras de agua, simularon desmantelar la planta.

Los ecologistas, con pancartas y mangueras de agua, simularon desmantelar la planta.

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y. p. e. | burgos
León

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La central nuclear de Santa María de Garoña inició la jornada de ayer con un simulacro de desmantelamiento de la planta. Pasadas las 8 de la mañana un grupo de unos treinta miembros de la organización ecologista llegaba hasta las puertas de la central de Valle de Tobalina y bloqueaba el puente de acceso a la planta atómica con diez camiones de obra y maquinaria.

Vestidos con monos naranjas iniciaban un simulacro de tareas de desmantelamiento para exigir el cierre inmediato de Garoña.

Una puesta en escena que se repetía en otras partes de Europa a la misma hora en lo que los ecologistas denominaron «un Día de Acción Global» para poner de manifiesto la inseguridad de las centrales nucleares europeas, «especialmente las más antiguas, como la de Garoña en Burgos». En todo el continente, cerca de 240 activistas realizaron acciones simultáneas similares a la desarrollada a las puertas de la central de Valle de Tobalina en Bélgica, Suiza, Suecia, Francia y España.

Los activistas portaban pancartas con los lemas ‘Garoña desmantelamiento ya’ y ‘Garoña riesgo nuclear’ para pedir que «no se demoren» las obras. Algunos de ellos se encadenaron para protestar «pacíficamente» por la posible reapertura de la central. Desde el interior, la seguridad de la planta utilizaba mangueras de agua para dispersar a los manifestantes. Según explicó uno de los portavoces de la organización a Europa Press, Conrado García, el colectivo pretende evitar que, de acuerdo con lo que permitiría el Real Decreto del Gobierno, la central vuelva a entrar en funcionamiento.

La organización ha insistido en que «además de envejecida, la central no ha sido evaluada para una hipotética ampliación desde 2009, y desde entonces han variado los criterios de seguridad a raíz del accidente de Fukushima, se han modificado los requerimientos ambientales para la utilización del agua de refrigeración procedente del Ebro y permanece en estado de parada desde hace más de un año».

La Guardia Civil identificó a los 30 miembros de la organización y nueve de ellos fueron detenidos y conducidos a declarar a la comisaría de Quintana Martín Galíndez. A primera hora de la tarde, fueron puestos en libertad con cargos por una falta de desorden público y desobediencia civil.

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