El carbón enciende el hemiciclo parlamentario
Andanada pedro vicente
La irresuelta, y al parecer irresoluble, crisis de la minería del carbón fue objeto ayer de un encendido debate en la sesión parlamentaria de control a la Junta, en la que, antes de conocer la mala nueva de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, al presidente Herrera le aguardaba una pregunta del socialista Luis Tudanca acerca del cumplimiento de «la palabra dada a los mineros».
Después de un primer turno de tanteo, Tudanca y Herrera se enzarzaron en un repertorio de reproches salpimentado de gruesas descalificaciones, todo ello, eso sí, en un tono aparentemente cordial. Entre otras lindezas, el portavoz socialista acusó al presidente de la Junta de «hacer el paripé» con palabras huecas, de crear falsas esperanzas «como un charlatán», de hipocresía, fariseismo y de intentar salvar su responsabilidad con lágrimas de cocodrilo. El contraataque presidencial se basó en la antigua condición de diputado del Congreso ostentada por Tudanca en los años (2009 y 2010) en el que el gobierno Zapatero aceptó los acuerdos de la Unión Europa que ponían fecha de caducidad al sector.
«Usted ha pasado de ser acrítico y pasivo con ZP a ser ahora un demagogo y un oportunista», le espetó Herrera, asegurando que por el contrario la Junta ha mantenido una postura «crítica y activa» tanto con el anterior gobierno socialista como con el que preside Mariano Rajoy. En medio del rifirrafe quedó el reto de Tudanca de que los senadores del PP apoyen la enmienda presupuestaria presentada por los socialistas sobre el «céntimo verde». «Si yo fuera senador, tendría muy claro lo que votaría», se limitó a decir Herrera al respecto.
En un tono mucho más sosegado discurrió el toma y daca entre el presidente y el portavoz de Podemos, Pablo Fernández, quien eligió como objeto de confrontación uno de los grandes caballos de batalla del partido morado: el problema de los desahucios. Fernández, que extendió su critica a la «cicatera» política de la Junta en materia de vivienda, «conminó» a Herrera que «se mire al espejo y, si es preciso, cambie de gafas» para ver la auténtica realidad de los desahucios. «Le he visto a usted hoy un poco sobreactuado, habrá tenido algún problema», contestó el presidente de la Junta antes de valorar como «razonablemente positiva» la actuación de su gobierno para prevenir o paliar el problema.
Tampoco calificaría el cronista de vibrante el mano a mano entre Herrera y el leonesista Luis Mariano Santos quien sugería en su pregunta la presunta discriminación territorial de la «región leonesa» en las políticas de empleo del gobierno autonómico. El presidente rechazó tajantemente tal acusación, recordando al procurador que la Junta acaba de aprobar un plan especial para las cuencas mineras.
Por lo demás, la sesión discurrió por los derroteros habituales, deparando un nuevo asalto entre dos contrincantes leoneses llamados a zurrarse durante toda la legislatura: Celestino Rodríguez, el portavoz socialista en materia de infraestructuras, y Juan Carlos Suárez-Quiñones, el consejero de Fomento. La reorganización de los servicios ferroviarios tras la llegada del AVE a León y Palencia fue el motivo de una confrontación en la que tampoco llegó la sangre al Pisuerga.