Diario de León

Literatura sobre la doliente realidad

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la andanada pedro vicente
León

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D esde mediados de diciembre, se dice pronto, no se enfrentaba el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, a las preguntas de la oposición parlamentaria, que ha tenido que esperar al nuevo periodo de sesiones para lanzar toda su artillería contra el consejero de Sanidad, Antonio Sáez, en el ojo del huracán a causa del rosario de conflictos que circunda su controvertida gestión. Los portavoces del PSOE y Podemos, Luis Tudanca y Pablo Fernández, abrieron ayer tarde un fuego que tendrá continuidad esta mañana con el debate de una proposición socialista que plantea la reprobación del mencionado consejero. «Abandonen Macondo porque los problemas de la Sanidad Pública están ahí», le espetó Tudanca a Herrera, reprochándole que su gobierno viva en un universo mágico propio de la literatura de García Márquez. «Treinta años de soledad en Castilla y León» (los que lleva el PSOE en la oposición autonómica) replicó el presidente de la Junta parafraseando el más célebre título del nobel colombiano. Un intercambio de dardos en el que Herrera reprochó a los socialistas la afirmación según la cual «enfermar en Castilla y León es peligroso».

Fernández, que había centrado su pregunta en el chusco episodio del escrito atribuido al consejero en defensa de su propia gestión, siguió la corriente literaria y, tras considerar «políticamente finados» tanto a Sáez como a Herrera, recurrió al titulo de otro nobel, en este caso Camilo José Cela: «Mazurca para dos muertos», sentenció. Y a mayor abundamiento, calificó el aludido episodio como propio del surrealismo de Valle Inclán.

Al igual que había hecho con las de Tudanca, Herrera atribuyó a las críticas del portavoz de Podemos tintes electoralistas e invitó a Fernández a comparar la situación de la sanidad en Castilla y León con la de Castilla-La Mancha. Y además le recomendó tomarse un lexatín.

Para sedante, la intervención del portavoz de Ciudadanos. Luis Fuentes, quien, lejos de incomodar al presidente de la Junta, le siguió ofreciendo la lealtad política de su grupo para no echar a perder el periodo que resta hasta las próximas elecciones autonómicas. Aunque su interlocutor era Herrera, Fuentes, como el que no quiere la cosa, colocó en su diana al presidente autonómico del PP y previsible candidato a la presidencia de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco: «Castilla y León no puede estar ya de campaña sólo porque las encuestas digan que su candidato flojea un poco…».

Y el que también fue directamente a lo suyo fue el leonesista Luis Mariano Santos, cuya pregunta sobre la posible reforma territorial del Estado fue la perfecta percha de la que colgar su reivindicación de una comunidad autónoma leonesa segregada de la actual, a la que calificó «sin identidad y con graves desequilibrios socioeconómicos. La región leonesa se muere sin que ustedes muevan un dedo por ayudarla», remachó Santos.

Herrera le contestó que «su posición es muy legítima, pero usted representa lo que representa», recordándole que en las elecciones autonómicas de 2015 obtuvo 18.325 votos, frente a los cerca de 200.000 sumados en León por el resto de las fuerzas políticas. En esto, el presidente de la Junta resultó algo cicatero, ya que escatimó a los leonesistas el voto del Cera, que elevó el número de sufragios de la UPL hasta los 19.176. No es que nada cambie, pero a cada cual lo suyo.

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