«La Catedral no estará completa hasta que tenga un buen órgano»

El Festival Internacional de Órgano Catedral de León es el arma pacífica que Rubio empuña cada año, con incontestable programación, con encomiable empeño y esfuerzo, para que León ponga el acento de la música clásica en España. Resulta que va a haber órgano, finalmente, y este leonés, nacido en 1943, descendiente de Omaña, verá que ese flamante nuevo inquilino que tendrá la Catedral no es un sueño, sino el resultado de una carrera de fondo, primero de años, y luego de lustros y décadas. Tal vez, en algunos momentos, el viaje se le haya hecho largo. Pero el perseguidor hará meta dentro de poco. Sin intención de irse con la música a otra parte. Porque la lleva dentro Samuel Rubio.

De hecho, para este leonés, canónigo organista titular de la Catedral de León, la música ha sido el eje fundamental de su vida. Para irse a Roma, cuando vio que era necesario, para completar una formación al más alto nivel, y en donde jugaron un papel principal sus padres como gran sustento e impulso de esa prometedora carrera musical. O, en 1977, cuando regresó a León y no quiso ser partícipe de ese páramo musical y se puso manos a la obra, a las obras clásicas y proyectos que querían hacer de la música clásica en León un hecho cultural y cotidiano.

Así surge Ars Música, el Coro Universitario (que siempre sería su ojito derecho), el propio Festival, que surgió de la mano de Adolfo Gutiérrez Viejo, o su labor de puesta en valor al llevar a cabo la catalogación de los archivos de la Catedral. Un trabajo de premio, que parece que ahora se materializa en un nuevo órgano para la Catedral.

-"Han conseguido que todo León sepa que su Catedral necesita un órgano a la altura de lo que representa. ¿Es bueno que la cuestión haya traspasado los ámbitos estrictamente culturales?

-"Sí, porque habrá un antes y un después y León será un centro cultural europeo de importancia. Y ese nuevo órgano es una victoria de todos, de la ciudad, de los leoneses, de los que se han sentado a escuchar nuestro proyecto.

-"Una Catedral con un mal órgano, ¿qué es?

-"Sin un gran órgano, La Catedral está incompleta. Un mal órgano es descuidar el alma de la Catedral. Ya hemos insistido durante todo este tiempo, que un órgano puede valer para la liturgia, como éste, pero para un concierto se queda corto. Tiene fallos y el organista sufre. Al verlo, muchos de los músicos que vienen, gente extraordinaria, con agendas cerradas por años, podrían pedir el tren de vuelta. Pero se quedan al ver la organización, la calidad que intentamos ponerle a todo, los compañeros de cartel, los 27 años que llevamos, y, ante todo, que no es cualquier sitio sino en la Catedral.

-"¿Cómo será para usted en lo personal y en lo profesional el día en que llegue por fin ese nuevo órgano?

-"No lo sé, pero seguro que será un momento emocionante y, fundamentalmente, especial por el cariño que le tengo a la Catedral. A partir de ese momento podremos empezar a pensar en multitud de posibilidades que se abren: desde los grandes conciertos, a las clases magistrales, pasando por grabaciones discográficas. La Catedral será, a partir de entonces, un referente para toda esa cultura de alto nivel.

-"La gente responsable de la construcción, ¿qué le transmiten?

-"El constructor está emocionado y tiene máxima ilusión en el proyecto. Ha sido paciente con los retrasos porque dice que para él la Catedral de León es un reto.

-"¿Tiene la sensación de que el festival y perseguir la dotación de un órgano nuevo para la Catedral han hipotecado su carrera musical? ¿O volver a León era un objetivo?

-"En 1977, cuando salió la oposición para organista de la Catedral, para mi era un reto y un honor. Estaba en Roma con mis estudios musicales. Fue un momento particular porque, en Roma, musicalmente, tenía mi vida. Me tiró mucho la posibilidad de reunirme con mi familia, pero León era un desierto en cuanto a música. Luego han ido pasando muchas cosas, pero, sí, cuando desperté de ese sueño que era estudiar en Roma, me encontré con poca cosa musical en León.

-"Cuando comenzaron con el Festival de Órgano, además del objetivo inicial, ¿aspiraban a que el ciclo llegara a lo que ha llegado?

-"Son casi dos meses de programación. Con conciertos de casi 3.000 personas en la Catedral. Con artistas que son indiscutibles números 1 en su terreno. Creo que este festival es un hecho a valorar porque, aunque las catedrales se construyen para el culto, ese espacio tan bello, misterioso, donde se mezcla el espacio y el tiempo, son lugares para aprovecharlos así. Y, además, podemos decir que hemos convertido a la Catedral en un centro cultural capital.

-"Otra labor importante personal suya es la catalogación de los archivos de la Catedral. ¿Qué conclusiones saca?

-"Que no puede ser que la música esté en los archivos bien guardada en una estantería. Mi padre me contaba cómo tocaba debajo del rosetón la Orquesta de la Catedral de León. Y lo hacía para todo el pueblo, para la ciudad. Cuando catalogué los archivos pensé que había cumplido mi trabajo, pero que también habría perdido el tiempo si sólo iban a pasar a estar en una biblioteca. Hay que abrir esas páginas y darlas a conocer.