Diario de León
Publicado por
José Javier Esparza
León

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Cuando todo el mundo pierde dinero, es llamativo que alguien lo gane a espuertas. En esa situación se hallan las dos grandes cadenas privadas de televisión españolas, Telecinco y Antena 3, cuyas cifras de beneficios son realmente sorprendentes. Telecinco ha declarado unas ganancias antes de impuestos (EBIT, se llama en la jerga) de 166,88 millones de euros, que representa un aumento del 26,8% en ingresos netos, y que supera en un 102,3% las ganancias del mismo periodo del año anterior. Hasta el pasado septiembre, los ingresos de Telecinco por publicidad superan los 600 millones de euros. En cuanto a Antena 3, su beneficio neto en este año hasta septiembre ha sido de 62,6 millones de euros, que representa un aumento del 231,8%. El Grupo declara unos ingresos netos hasta septiembre de 570,2 millones de euros, es decir, un 15% más que el año pasado.

Este río de dinero es producto de la extinción de publicidad en TVE: toda la tarta se ha ido a las privadas. Aquí siempre nos alegramos de la dicha ajena, así que expresamos nuestra más cordial enhorabuena a estos caballeros por la abundancia de su faltriquera. Ahora bien, hay quien se queja de que estas ganancias se deben, sobre todo, al dinero que otros tienen que poner. ¿Quiénes se quejan? Las empresas de telecomunicaciones, que han de dar el 0,9% de sus ingresos a RTVE. En efecto, la nueva Ley de Financiación de RTVE prescribe que las cadenas privadas y las empresas de telecomunicaciones tendrán que pagar una tasa para sostener al monstruo. A las privadas no les importa demasiado, porque esa tasa es la prenda que les permite quedarse con el pastel publicitario. Pero las telecos, ¿qué reciben a cambio? Nada, y por eso se quejan.

Resumiendo: en el arreglo televisivo del zapaterismo, la Pública se sostiene, las privadas se forran y las telecos quedan como el -˜pringao-™ que pone el dinero para la fiesta y se queda sin novia. A todo esto, Bruselas ha dicho que esa tasa a las telecos es ilegal, pero nuestro Gobierno se llama a andanas. Así está el paisaje: un charco de barro-¦ lleno de billetes de 500.

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