La casa de Rubén

El reparto de mamarrachos de este año ha sido tal sosería que a los encargados del 'casting' habría que pedirles cuentas. La expresión «saltar el tiburón», que hace referencia a cuando una serie empieza a ir cuesta abajo, era perfectamente aplicable a Gran Hermano , que parecía haberlo saltado este año (algunos pensarán que ya lo hizo el tercero). Pero es que los anteriores, pese a los detractores del programa, que suelen recordar lo de «experimento sociológico» como arma arrojadiza, siempre había algo destacable. Y este año, como mucho, nos entreteníamos con los modelos de la Milá (¿qué fuman los nuevos diseñadores estos?). Rubén estaba nominado esta semana. Chari, su novia, había dicho que si no lo echaban enseñaba las tetas. A la audiencia le importan un pito las tetas falsas de la rubia de cejas negras. El público quería un poco de diversión cruel. Rubén ha ido a la calle. Y lo que le han enseñado a Rubén, que tiene las tetas muy vistas, han sido los vídeos de su novia tonteando / magreándose con Feroz y Óscar. «Es tan buena como un pedazo de pan», decía de ella Rubén hace tiempo. Y después de los vídeos: «Viendo esto deja mucho que desear». También es verdad que todo eso es pasado, de cuando estaban en casas separadas, y que después ha habido mucha cercanía y sexo entre la pareja: una hora sin cámaras, en el jacuzzi, en la cama Esta vez fue después de un razonamiento aplastante de Chari: «Nos van a echar por pareja sosa. ¿Qué hacen las parejas en Gran hermano' ? ¿Y qué hacemos nosotros? Cero. Te van a echar por eso. Joder, Rubén, que somos pareja y no hacemos nada. Estás tú nominado, no yo. Te juegas tú el puesto». Y se pusieron a la tarea. Pero los espectadores (hartos de sexo, que este año ha habido mucho), echaron a Rubén para ver la cara que se le quedaba. Y el 'share' subió al 19, 2%. Y La casa en directo , a un estratosférico 29,9%. Somos muy malos, pero la culpa es del rollazo que este año es Gran Hermano .