Diario de León
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El invento del maligno rosa belmonte

Hay ficciones que sólo se pueden ver en televisión, aunque las televisiones hayan rebajado tanto el estándar de calidad que cuando nos topamos con una de esas obras lo lógico sea sorprenderse. Por la novedad. Por la falta de costumbre. Las televisiones ya no ponen (ni hacen) Heimat o Berlin Alexanderplatz. Ni La joya de la corona o Pennies from heaven ( que aprenda Glee de lo que es un musical con esa obra maestra de Dennis Potter). Pero es que el público tampoco las aguantaría.

Hemos llegado a un punto de lobotomía audiovisual, incluso en el nivel superior de la ciudadanía, en que llega la HBO, suelta Boardwalk Empire y parece que hubiera inventado la ficción seriada. Y tampoco es eso.

Martin Scorsese puede ser un extraordinario cineasta pero eso no le hace un extraordinario -˜teleasta-™ (con perdón). Además, suyo es solo el piloto de la superproducción de gánsters. Al grano, que esta pedante introducción viene a cuento de La mejor juventud, que La 10 está emitiendo esta semana de lunes a viernes a las 17.30. Inicialmente fue un proyecto de la RAI, que no supo qué hacer con esas seis horas soberbias de macrohistoria y microhistoria italiana. Pero da igual dónde se desarrolle (aunque la Toscana y la isla de Stromboli, con su mítico volcán, sean un plus de ambientación en la serie).

Se trata de un cuento de gente normal y sus vidas durante cuarenta años. Un paseo por la memoria histórica y el ajuste de cuentas con las utopías (utopías de la izquierda, claro).

Es la reflexión de Tolstoi: describe tu aldea y describirás el mundo. Y desde luego que lo describe. Y lo reflexiona. La mejor juventud, sin casa televisiva una vez terminada, empezó a rodar por festivales de cine recibiendo premios.

Y luego se editó en dvd. Y ahí está, en el limbo de las maravillas para connaisseurs. Su director, Marco Tulio Giordano (autor de la imprescindible Passolini, un delito italiano, sobre el asesinato del director), consigue unos giros que alejan la narración de lo manido. Y lo manido es tanto Cuéntame como Novecento. Lo dicho. Sorpresa, sorpresa.

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