Diario de León

La nueva ortografía, un éxito de ventas «indiscutible»

Salvador Gutiérrez asegura que ya se han vendido 60.000 ejemplares solo en España

Salvador Gutiérrez es catedrático de Lingüística General en la Universidad de León.

Salvador Gutiérrez es catedrático de Lingüística General en la Universidad de León.

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belén molleda | león
León

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El lingüista y académico Salvador Gutiérrez Ordóñez (Taballes, Asturias, 1948), catedrático en la Universidad leonesa desde hace casi tres décadas y coordinador de la nueva edición de la Ortografía de la Real Academia, manifestó ayer en León que esta publicación ha sido «un éxito de ventas indiscutible».

Solo en España se han vendido más de 60.000 ejemplares de esta obra de 800 páginas desde que salió el pasado 17 de diciembre a la venta, según explicó Gutiérrez en un café de redacción organizado por la Agencia Efe en el Parador de San Marcos. Reconoció que siempre que hay un cambio hay una reacción, y más en una materia como la ortografía, de la que todo el mundo opina, pero insistió en que, desde el punto científico, también ha sido un éxito, algo esperable por otra parte.

Esta obra «ha sido un hito histórico dentro de la RAE» y ha significado una renovación dentro de la teoría ortográfica «muy importante». Y es que, hasta ahora, se hacían publicaciones sobre ortografía que eran meras cartillas que resumían las normas ortográficas, pero en esta ocasión se ha publicado una obra que constituye un tratado científico de la ortografía, «razonado y explicado». Además, ha supuesto la unificación de todos los códigos lingüísticos de los hispanohablantes.

En esta nueva publicación se han eliminado tildes diacríticas, en palabras como «solo», o en los demostrativos, lo que no quiere decir que todas las tildes vayan a desaparecer en un futuro, «es más, no deberían», insistió. Oraciones como «voy a tomar un café solo», en las que el receptor del mensaje puede llegar a dudar sobre si la bebida se va a consumir sin compañía o sin leche, son algunas ambigüedades asumibles que conlleva la supresión de la tilde diacrítica. Asimismo, se ha tratado de evitar incongruencias como la existencia de la 'ch' y la 'll' como una sola letra, algo que ya se intentó en vano hacer en una publicación de 1999. Gutiérrez desveló que en esta nueva publicación se pretendía ir más allá e introducir dos capítulos sobre ortotipografía , es decir, la tipografía de letra que se usa en los textos, negrita, cursiva, entre otros, algo que se decidió finalmente no incluir y eso que «estaban prácticamente hechos». Finalmente, tras un debate, se decidió posponerlos para una próxima publicación. Por otro lado, y en estos tiempos de crisis, este catedrático también se refirió al español, un idioma que hablan 450 millones de personas y que se debería aprovechar como un valor económico.

En la RAE se van retirando palabras que están en desuso, pero también introduce otras nuevas y se corrigen cuando es necesario, siempre bajo los dictados del «emperador» ante el que se someten los académicos, es decir, el uso del lenguaje.

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