Diario de León

El 'maldito' Jean-Léon Gérome toma el Museo Thyssen

Es la primera exposición monográfica sobre este abanderado del academicismo

Una de las esculturas presentes en la muestra.

Una de las esculturas presentes en la muestra.

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miguel lorenci | madrid
León

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Defensor acérrimo del rigor académico, Jean-Léon Gérome (1824-194) arremetió contra los impresionistas y fue un bastión del clasicismo y la pintura de corte histórico. No obstante, mientras al otro lado del charco los grandes coleccionistas se disputaban sus obras, en Francia su pintura recibía sangrantes críticas del mismísimo Émile Zola que le abrirían el camino del olvido a finales del XIX. Una negación que se tornaría en aprecio con la llegada del siglo XX. Una 'operación rescate' que culminó con la muestras organizadas en Estados Unidos y en Francia en los setenta y al que se suma el museo español Thyssen-Bornemisza.

La que recibe el Thyssen, la primera muestra de Géróme en España, es una versión abreviada de la vista el año pasado en el Paul Getty Museum de Los Ángeles y el parisino Musée d'Orsay, que atesora la mayoría de las grandes piezas. Se titula Jean-Léon Géróme (1824-1904) . Reúne 60 obras entre óleos y esculturas, en una selección que incluye sus piezas maestras y abarca todos los aspectos de la larga y prolífica carrera del singular artista.

La primera gran retrospectiva de Jean-Léon Géróme se celebró en 1972 en Estados Unidos. Supuso un punto de inflexión que dio pie a su rescate, a las investigaciones y catalogaciones realizadas en los últimos años que han permitido poner en valor su obra y realizar las muestras que se ha sucedido en estos años.

El Thyssen pretende dar a conocer y poner en valor el arte de Géróme desde un nuevo enfoque, sin limitarse a redescubrir la obra de uno de los pintores más dotados e influyentes del academicismo francés. Reivindica sin complejo a Géróme como «uno de los grandes creadores de imágenes del siglo XIX» el director del Thyssen, Guillermo Solana empeña en rescatarlo «de los márgenes de la historia».

En la frontera del 'kitsch'. Édouard Papet, conservador jefe en el museo D'Orsay y comisario, apunta que en su obra «se une la ambición romántica de reproducir los temas de la antigüedad clásica, de Oriente o de la historia de Francia, con el impulso racionalista de dar una información veraz, por ofrecer algo genuino y preciso». Algo que actualmente podría situarse «en un inestable equilibrio entre el buen gusto y el kitsch », dijo.

Heredero de Ingres y de Delaroche, Géróme posee una doble identidad científica y popular, apreciada hoy por los historiadores del arte y un público cada vez más amplio. La muestra explora la fuerte componente teatral de su pintura de inspiración histórica, su no menos compleja relación con el Oriente que recrea para seducir a aristócratas y coleccionistas de la época, el paradójico uso de la policromía en sus esculturas de inspiración clásica, o la vinculación con las referencias arqueológicas.

Son facetas de una obra coherente con la combativa postura de Géróme frente el anti-academicismo de finales del XIX que culmina en el salón de los impresionistas y que abriría el mercado americano al grueso de su producción, hasta convertirlo en uno de los pintores más admirados en Estados Unidos.

Sus mejores obras conforman el núcleo central de la exposición, con una magnífica representación de su pintura histórica: Roma antigua, escenas napoleónicas y del reinado de Luis XIV, con óleos como La muerte de César (1867) o Pollice Verso (1872).

Con 54 años, Gér´me inició una tardía y chocante carrera de escultor en la que resucitó el uso de la policromía en la escultura moderna. Una feliz aventura de renovación que proporcionó excepcionales frutos también degustables en el Thyssen, que exhibe algunos de los delicados mármoles y terracotas coloreados con una técnica suya que mezcla cera y pigmentos.

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