Mónica y tiempo

El invento del maligno rosa belmonte

Dick Salomon, el extraterrestre jefe de Cosas de marcianos, se extrañaba por el interés de los humanos en conocer la información meteorológica, «cuando no tienen más que mirar por la ventana».

Pero es verdad que nos gusta que nos cuenten el tiempo. Incluso el que ha hecho. Como la avidez de información meteorológica se acentúa de cara a las vacaciones de algunos, ahí está Mónica López poniendo la diferencia. Ya la ponía desde que llegó de TV3 a TVE. Y bien que la echamos de menos durante su baja por maternidad. El espacio de Mónica López en el TD2 es un programa de televisión. Mucho más interesante que algunos y más entretenido, con sus mapas, sus isobaras, sus fotografías, su coreografía. No todo el mundo sabe estar de pie dando información (solo hay que ver la nueva etapa pedestre en los informativos de Antena 3). Como se acerca la Semana Santa, Mónica López ha tenido que hacer más previsiones de las habituales. Con más antelación de la habitual. Y con mucha más profundidad que la competencia, que no emplea tanto tiempo en el tiempo. Avanzó «la respuesta del millón», pero la dejó para después de la información más segura.

Como un cebo. Que sí, que lo vamos a decir, pero vamos a lo que sí sabemos. El jueves por la noche se marcó un avance a largo plazo con la vista puesta en la borrasca que se acerca por el Atlántico. Pero como no se tiene muy claro por dónde va a tirar, barajó tres opciones. Todo muy didáctico, muy Mónica López. En la primera (la peor), la más probable, la borrasca llega al norte de Portugal y sur de Galicia; en la segunda, se coloca en el sur de Portugal, y en la tercera (la más beneficiosa para el buen tiempo, el de sol), el bicho se queda en el Atlántico. Y así, con cada opción lloverá más o menos. Insistía ella mucho en que la primera es la que la mayoría de los mapas muestran. «Pero falta una semana. Iremos perfilando». Es difícil equivocarse con tantas previsiones. En cualquier caso, ya se sabe que el tiempo es como la vida. A veces es bueno, a veces es malo. Y no hay nada que puedas hacer salvo llevar un paraguas.