Patrimonio desestima la posible reubicación del actual órgano de la catedral de León en la Real Basílica de San Isidoro
También se da luz verde a la solicitud de ampliación de la autorización para la instalación del pabellón temporal en el castillo de los Templarios de Ponferrada
La Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta de Castilla y León
desestimó la posible reubicación del actual órgano de la catedral de León en el
coro de la Real Basílica de San Isidoro para la sustitución del instalado en
este edificio, después de repasar el informe del arquitecto Ramón Cañas
Aparicio, que ya consideraba la reubicación como “poco conveniente”, y
finalmente calificó de “inadecuada” atendiendo al espacio disponible para su
instalación y las condiciones acústicas del templo.
Ese informe indicaba que la ubicación señalada en San Isidoro, dado el
limitado espacio y anchura de la nave, produciría “importantes dificultades”
para el montaje y requerimientos de adaptación de los cuerpos del órgano, dando
lugar a un elemento resultante que cubriría completamente el fondo del templo y
de manera importante los laterales del primer tramo de nave. Asimismo, el
informe apuntaba a que la capacidad acústica del órgano podría resultar
“desproporcionada” para el espacio de la Basílica de San Isidoro, razones que la
comisión consideró de “peso relevante” para rechazar la ubicación.
Por otro lado, también se aprobó la solicitud de ampliación de la
autorización para la instalación del pabellón temporal en el castillo de los
Templarios de Ponferrada, por un periodo máximo de dos años, en concreto en el
bienio 2013-2014. En el debate que suscitó este asunto se recordó que la
comisión había autorizado el proyecto de ejecución de pabellón temporal, en
noviembre de 2012.
El objetivo era garantizar la conservación de los restos arqueológicos
hallados, y había obligado a incluir en ese proyecto el montaje y el desmontaje
de la instalación, pues consideró que su temporalidad era la única razón que
permitiría su autorización, dado que el Plan Director del Castillo de Ponferrada
y la normativa aplicable en materia de patrimonio cultural no permiten ninguna
alteración volumétrica en esta zona.
El Ayuntamiento de Ponferrada justificó su última solicitud de prórroga del
pabellón, durante al menos cinco años, con la necesidad de utilizarlo para la
prestación de diversos servicios expositivos, organizativos, de atención y
recepción al público u otros de carácter didáctico y promocional.
La Comisión Territorial de Patrimonio desestimó los cinco años solicitados
por el Ayuntamiento de Ponferrada y concedió una prórroga de dos años, matizando
que este plazo “no será susceptible de nueva ampliación”, teniendo en cuenta que
es la temporalidad de ésta la única razón que justifica su autorización, dado
que, al ser considerada zona arqueológica, las normativas impiden en esta zona
del castillo cualquier alteración volumétrica.