Diario de León

Basilio Martín Patino. director de cine

«Hemos crecido en una España difícil, pero los verdugos desaparecen»

Basilio Martín Patino presenta hoy, a las 20.10 horas en Musac, su documental ‘Libre te quiero’, surgido a partir del encuentro del director salmantino con el movimiento del 15-M. Tras la proyección, el realizador de ‘Canciones para después de una guerra’, ‘Nueve cartas a Berta’ y ‘Queridísimos verdugos’, conversará con los espectadores.

El cineasta salmantino Basilio Martín Patino.

El cineasta salmantino Basilio Martín Patino.

León

Creado:

Actualizado:

— ¿Es cierto que oyó la algarabía del 15-M y se plantó con la cámara para rodar ‘Libre te quiero’?

—Estaba en Salamanca e intuía que iba a ocurrir algo. Cuando llegué a Madrid, la gente ya estaba en Sol. Me encontré con algunos de mi equipo y quedamos para la mañana siguiente. A las nueve estábamos rodando. Así fue la cosa.

—«Libre te quiero / como arroyo que brinca / de peña en peña / pero no mía»… escribió Agustín García Calvo. ¿De ahí tomó el título?

—Sí, tengo mucha amistad con Agustín. Ya habíamos hecho cosas juntos antes. Ese poema me encantó.

—Amancio Prada canta la canción en el film. ¿Qué relación tiene con el cantautor leonés?

—Tenemos relación desde hace muchos años cuando intentamos hacer algo y Fraga nos lo prohibió. Es una canción que ha funcionado muy bien. Luego la canción se ha popularizado más.

—¿El 15-M fue sólo un bonito sueño?

—Ha sido mucho más. Las grandes cosas de Madrid ocurren en Sol. Luego la resonancia fue mayor y en más sitios. Madrid está al margen de la influencia de los políticos. Fue una convocatoria espontánea.

—¿’Libre te quiero’ es la demostración de que la realidad supera siempre a la ficción?

—Es posible. Cuando llegué a Sol ya se preveía que iba a ser un gran suceso. Funcionó porque la gente venía con sus tiendas de campaña. Fue el triunfo de la alegría.

—¿El caso Bárcenas es un gran guión de película?

—Me repelería. Libre te quiero nació del pueblo. Lo otro sería un guión bochornoso, lamentable, algo que hay que verlo para creerlo.

—¿Qué se aprende de tantas batallas?

—No fue una batalla. Fue un acontecimiento totalmente popular. La gente era feliz. Habría que estudiarlo.

—¿Está curtido en algo?

—Sol es la historia de Madrid, otra cosa son los aprovechamientos políticos. Sol era una fiesta. La gente se expresaba y contaba historias. No se cabía. Había familias enteras. Fue muy especial.

—¿Fue realmente una sorpresa encontrarte a su hija en aquella acampada de Sol?

—Sí. Estábamos rodando y en una tienda de campaña estaba mi hija y su pandilla. No le gustó que la viera, pero fue simpático. Aquellos días la plaza estaba preciosa. No había contaminación ni nadie que lo malinterpretara.

­—¿Qué hacemos con los políticos?

—Me contentaría con que no hicieran nada ellos con nosotros. Que en estos movimientos no haya políticos.

—¿Le molesta ser un ‘veterano cineasta’?

—Ya va siendo hora. En Sol estuve muy a gusto. Fueron días de trabajo feliz, porque haces algo que te compenetra con la gente.

—¿Conforme se cumplen años se cometen menos errores?

—Es posible. Hemos vivido muchas historias.

—¿Le ha molestado que ‘Libre te quiero’ no esté entre las candidatas al Goya?

—No sé por qué tenía que estar. Ni siquiera pertenezco a la Academia.

—¿Le dan igual los premios?

—Es una pedantería decir que sí, pero creo que es verdad. Estoy saturado de premios. El premio ha sido que el documental ha funcionado por todas partes, en España y fuera.

¿Le encanta ser un cineasta de culto maldito?

—Esas cosas vienen, se van y pasan. El pueblo que enjuicie cuando quiera. A mí, que no me gusta madrugar, para ir a Sol lo hacía muy feliz. Nada envenenaba aquello.

—¿Cuál es la complejidad de un guión sin pautas, como en ‘Libre te quiero’?

—Esto es más gozoso. El guión salía después. Íbamos con varias cámaras y rodábamos. El guión salía solo.

—¿Sigue siendo el rebelde del cine español?

—Por favor, ¡sería halago! La cosa es más sencilla. Rebelde tiene una impostura que queda fuera de lugar. Sí estoy en desacuerdo con muchas cosas.

—¿Se considera un ‘outsider’, un fuera del sistema?

—No lo sé. Son las calificaciones de los demás.

—¿El documental sigue siendo la hermana pobre del cine?

—Ha habido documentales en la historia del cine muy hermosos. No hay ficción ni artificios. Si son de forma sincera, corre por ellos una fuerza especial. Es de las cosas del cine donde uno se siente más libre. En Libre te quiero no hay interés económico.

—¿Le repele el éxito?

—No, pero cansa. El éxito se deforma y se manipula. Y mala cosa cuando uno cae en el éxito. El éxito está a las órdenes de alguien que lo manipule.

—¿El cine es el arte más alienado?

—Sí, está bastante alienado. Nunca ha habido un arte tan supeditado a la economía. Aún así, se hacen cosas interesantes. Nosotros, en el documental, éramos un equipo que trabajamos con entusiasmo. Luego nos fuero pidiendo más copias y, aunque no lo hacíamos para ganar dinero, al final, incluso, amortizamos el gasto.

¿Cuáles son o han sido tus queridísimos verdugos?

—Haberlos los hubo, pero no influyeron. Los verdugos han sido un aliciente para luchar más. Hemos crecido en una España difícil, pero los verdugos desaparecen. En otras películas sí tuve verdugos. Aquí nos importaba un carajo. Habría sido de coña que nos hubieran dicho lo que teníamos que hacer.

—¿Qué le parece exhibir hoy el documental en el Musac?

—Me ilusiona ir a León. Lo que funciona es la película. La gente se ha dado cuenta de que era un hecho histórico y que nosotros lo hacíamos por alegría. Sólo nos hemos dejado llevar.

—¿Tiene algún nuevo proyecto?

—Siempre hay algún proyecto. Si no lo hay, lo inventamos, porque es nuestra forma de vida.

Lugar: Musac.

Hora: 20.10 (entrada gratuita).

tracking