Diario de León

Crítica de televisión

‘Gran hermano’, en caída libre

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León

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yolanda veiga

Nso vamos a dar clases al maestro, pero algo se les ha escapado a los artífices de Gran hermano. Por algún sitio se ha abierto una brecha por la que se están escabullendo los espectadores. La edición del mal fario era la anterior, la 12+1, así que con ésta ‘a priori’ no había nada que temer. Y menos con el estreno con tres millones largos. Pero en dos semanas la madre de todos los realities ha caído hasta los 2,3 millones de espectadores, que no es su mínimo histórico, pero casi.

La culpa de la pobre cifra del lunes fue del especial de Tu cara me suena, que no tuvo rival, pero lo preocupante es que GH va en caída desde el arranque y de seguir así... Dicen que el éxito del programa está en el casting, así que habrá que buscar ahí también las causas del ‘fracaso’ (entre comillas) de esta edición. Los nuevos inquilinos de la casa de Guadalix ni se enfadan mucho, ni se enamoran mucho ni se emborrachan mucho. Y a la única que montaba follón, la ‘gordi’ como le llama Mercedes Milá, la han echado el otro día (así anima los debates). Otro de los pilares de GH es la ‘identificación’ (también entre comillas) del espectador con los participantes, pero ¿quién se va a identificar con esa pandilla de clones veinteañeros aparte de los veinteañeros? ¿Y la manía que les ha entrado por hacer del chalé la casa de tócame Roque? Ese trajín de gente entrando y saliendo continuamente puede llegar a cansar al espectador, porque GH es como una novela, con sus personajes fijos: el provocador, la casamentera, la borde, el cornudo... ¡Si ahora te despistas una semana y te han cambiado todo el plantel! Por no decir que es bastante desconsiderado colocar a los aspirantes a concursantes a mendigar de esa manera su derecho al instante de gloria. La gente avisa a la familia, pide excedencia en el trabajo, deja colgada la carrera..

Y vuelta a casa, como Pili, la chica a la que no eligió nadie el lunes. Entonces Mercedes Milá se mete debajo de la mesa porque oye, menudo corte que le han dado a la pobre Pili. Ya..

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