Diario de León

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Berry y Martínez estrenan ‘Marea letal’

El torero leonés se despide con ovación y vuelta al ruedo ante un miura en una tarde en la que triunfa con dos orejas el sevillano Manuel Escribano que sustituyó a El Juli.

secundino pérez

secundino pérez

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paco aguado | sevilla
León

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Ganadería : Toros de Miura, el cuarto como sobrero, altos, voluminosos y sueltos de carnes; de juego manejable no estuvieron sobrados de raza ni de fuerzas. Al sexto, noble, con clase y endeble, se le dio la vuelta al ruedo en el arrastre.

Rafael Rubio: Pinchazo, estocada y descabello (ovación tras aviso); estocada (ovación).

Javier Castaño : Tres pinchazos y estocada (ovación); estocada tendida (vuelta al ruedo).

Manuel Escribano : Pinchazo y estocada (ovación); gran estocada (dos orejas).

El joven espada sevillano Manuel Escribano, que le cortó las dos orejas al sexto toro, aprovechó con creces la oportunidad de sustituir a El Juli en la corrida de Miura con que se cerró ayer la Feria de Abril de Sevilla.en ningún momento dio el joven torero de Gerena sensación de inexperto. Ya se le vio con el primero de su lote, al que recibió a portagayola y al que lanceó con riesgo en la misma puerta de chiqueros. Luego lo banderilleó con variedad y toreó con asiento y temple a un animal de poco gas que no le planteó dificultades.

Con ese precedente, se fue de nuevo a recibir al sexto con una larga cambiada de rodillas, para seguir toreándole a la verónica casi en los medios. Escurrido de carnes acusó unas fuerzas justas. Embistió el toro en los buenos tres pares de banderillas que le clavó Escribano, el tercero al quiebro y de violín. Así que este miura llegó al último tercio pidiendo un pulso, un temple y una sutileza técnica que Escribano le fue aplicando poco a poco.

Una vez centrado, asentado y equilibrado el animal, el joven sevillano le sacó dos vibrantes tandas de naturales que pusieron en pie los tendidos. Y como colofón, una rotunda y magistral estocada desató la euforia que equiparó los méritos del torero -que cortó dos orejas clamorosamente pedidas- con los del toro, al que se dio una generosa vuelta al ruedo en el arrastre.

Así acabó esta feria de Abril después de que el murciano Rafaelillo se enfrentara a los dos toros de más complicaciones, pues si el primero se venía vencido y con escaso gas en cada cite, el sobrero cuarto desarrolló temperamento de manso, defendiéndose a tornillazos en cada pase. Rafaelillo, veterano en las batallas con los miuras, lidió a ambos con suficiencia y oficio.

El lote de mayor movilidad y duración fue el de Javier Castaño, que dejó lucirse a su cuadrilla en los primeros tercios, haciendo que, al tomar espada y muleta, el ambiente ya estuviera caldeado en sus dos turnos. Lució el leonés mucho al segundo, que se le vino galopando con prontitud a todos los cites, pero a sus muletazos, de poco mando y para alivio del astado, les sobró ligereza y les faltó limpieza.

El quinto pasó en poco tiempo de soltar cabezazos a la muleta a tomarla con profundidad. Castaño se había fajado con él y, algo desfondado, cortó en seco la faena, con varios naturales más que estimables. Luego se fue a por la espada para ponerle punto final con una estocada tendida. Dio Castaño finalmente una vuelta al ruedo que, probablemente, hubiera sido con una oreja en la mano de haber apurado más al de Miura.

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