Diario de León

Los neandertales y los humanos convivieron en Picos de Europa

Las pruebas sólo han aparecido en Asturias «porque León ha investigado menos».

Imagen de un neandertal y un humano moderno que se exhibe en el Museo Neandertal de Mettmann.

Imagen de un neandertal y un humano moderno que se exhibe en el Museo Neandertal de Mettmann.

León

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La cueva de La Güelga –una cavidad situada en la vertiente asturiana de los Picos de Europa– conserva pruebas de la convivencia entre neandertales y humanos modernos (homo sapiens). Ambos habrían coexistido en este lugar hace unos 40.000 años. Mario Menéndez, director de la Uned en Asturias y coordinador del equipo científico que trabaja en este yacimiento, afirma que «no hay ninguna razón para que no aparezcan yacimientos similares en León. El problema es que en la parte leonesa se ha investigado menos», explica. «Los Picos de Europa son una barrera insalvable en la época glaciar, pero se han localizado algunos pasos». En su opinión, es posible que en el futuro se localicen en León yacimientos parecidos al de La Güelga (Cangas de Onís).

«Los descubrimientos, muchas veces, son fortuitos», explica Menéndez. Sin embargo, aclara que «sí hay datos de la presencia de neandertales» en los Picos de Europa leoneses. «En León los investigadores se han centrado más en la arqueología clásica y en épocas en las que hay un rico patrimonio», añade. La investigación del equipo de Menéndez, en colaboración con la Universidad de Oxford, ha analizado fósiles del Paleolítico Medio y Superior, entre unos 150.000 y 10.000 años.

Sándwich del tiempo

Los depósitos arqueológicos han revelado una especie de ‘sándwich’ del tiempo: niveles con materiales atribuidos al hombre moderno entre estratos con materiales producidos por neandertales. Un sándwich que evidencia que ambas especies convivieron en la zona.

«Los humanos modernos ocuparon durante un tiempo la misma cavidad que, antes y después, fue habitada por grupos de neandertales», según este investigador.

Federico Bernaldo de Quirós, catedrático de Prehistoria de la Universidad de León -que dató los pretroglifos descubiertos en Maragatería por el aficionado Juan Carlos Campos- asegura que desde hace treinta años se está investigado la vertiente leonesa de los Picos de Europa sin los mismos resultados que en Asturias. «Aquí el terreno no es tan calizo y no hay tantas cuevas», aclara. Añade que «en León no se han encontrado sedimentos tan antiguos» como los localizados en La Güelga.

Uno de los grandes enigmas de la investigación prehistórica estriba en averiguar por qué desaparecieron los neandertales. Bernaldo de Quirós, que dirigió hace dos años las excavaciones en la cueva del Castillo (Puente Viesgo), también halló pruebas en este yacimiento de Cantabria de que ambas comunidades -neandertales y sapiens- convivieron durante un período de tiempo en la cueva.

El interrogante que se plantean ahora los investigadores es ¿cómo fue esa convivencia?

Los investigadores consideran que León tuvo que ser una zona de transición clave entre la cornisa cantábrica y la Meseta, pero los indicios de asentamientos del Paleolítico hasta ahora han sido ‘contados’, en cuevas como La Cantera, El Espertín, La Uña y La cueva del Oso -sólo accesible cuando desciende el nivel del pantano de Riaño-.

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