Diario de León

Los trabajadores del Musac denuncian el «estado de deriva actual» del centro debido a «prácticas irregulares» en su gestión

Piden que se evite hacer «nombramientos apresurados» para «acallar una grave situación que requiere de un análisis más detenido» y no «de un parcheado superficial»

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ICAL

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 Los trabajadores del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (Musac) denunciaron hoy que, «desde la inauguración del museo en 2005, hasta el estado de deriva actual», han asistido a «una consecución de prácticas irregulares en la gestión» del centro, que afirman que «responden tanto a las políticas culturales generales adoptadas por la Junta de Castilla y León como a la gestión interna del museo».

A través de un comunicado de prensa, los empleados del Musac señalaron que el modelo de gestión de la Fundación Siglo «promueve la opacidad en la utilización de fondos públicos, la precarización y el desamparo de los trabajadores culturales». Del mismo modo, destacaron la existencia de «una creciente injerencia en la gestión de la institución», lo que aseguraron que ha llevado a «un empobrecimiento de la calidad de los programas que los ciudadanos encuentran» en un museo que «están financiando».

Desde hace «varios años», los trabajadores del centro apuntan que asisten a una «paulatina privatización de los servicios, auspiciando la generación de una suerte de empresas para todo, que compiten por cubrir los puestos de auxiliares de salas, limpieza, mantenimiento, seguridad y servicios auxiliares al mejor postor, precarizando año tras año las condiciones de los trabajadores y haciendo imposible mantener un trabajo continuado y profesional en servicios menos visibles pero igualmente necesarios y valiosos en el museo».

Asimismo, destacan que «se han promovido distintas prácticas, como mantener en puestos estructurales del museo a personas en régimen de autónomos o empresas», se ha prescindido de «los servicios educativos» y se ha sustituido periódicamente a auxiliares de sala, conserjes y personal de mantenimiento debido al cambio constante de las empresas prestadoras de servicios».

Del mismo modo, los empleados del Musac afirman que «desde el año 2008 -con anterioridad al ERE aplicado en la Fundación Siglo a finales de 2012- el equipo ha perdido un conservador jefe, a un técnico asesor legal, a un técnico administrativo, a seis educadores, a un auxiliar de servicios, a un técnico de coordinación, a un profesional de prensa, a dos limpiadoras y a dos vigilantes de seguridad».

De 54 a 33 trabajadores

Todo ello, según dicen, «de manera gradual y silenciosa», facilitada por los diferentes tipos de contratación y vínculos laborales con el museo que coexisten «en una plantilla que en su momento máximo alcanzó las 54 personas —vinculadas o no contractualmente a la Fundación Siglo- y que en la actualidad se reduce a 33 personas».

Además, destacan que han sido «testigos» con «impotencia» de cómo la Fundación Siglo «no escatimaba recursos económicos a la hora de generar una programación expositiva» que consideran «de gran calidad» pero que, sin embargo, «resulta problemática en sus discursos cuando no se ponen en práctica los propios cuestionamientos críticos proclamados a través de herramientas para la transparencia en la gestión, la inserción y el diálogo real con el contexto local y social del museo».

En esta misma línea, los trabajadores subrayan que «la actual reducción presupuestaria no afecta en absoluto a la elección, por parte de los responsables de la institución, de unas prácticas responsables y éticas en la gestión del museo». Una postura que denuncian que «parece claro que no se quiere tomar, puesto que priman el valor turístico y la categoría de evento que acompaña un programa político, sobre la voluntad de dotar a la Comunidad Autónoma y a la ciudad de una institución cultural capaz de generar sentido y aportar beneficios en la vida cultural de las personas a largo plazo».

Reclamaciones

Por todo ello, las personas que trabajan en el Musac reclaman «la apertura de un proceso de reflexión profundo sobre el modelo de centro que se quiere para la Comunidad, y no una huida hacia adelante con nombramientos apresurados para acallar una grave situación que requiere de un análisis más detenido y una voluntad firme de solución en profundidad, y no de un parcheado superficial».

Además solicitan la puesta en marcha de «una gestión responsable, meditada y transparente de los recursos públicos destinados a la cultura, y que estos reviertan en una inversión de calidad y a largo plazo para los ciudadanos, pagadores y destinatarios primeros de esta infraestructura».

Por otra parte, demandan «responsabilidad, generosidad y vocación de servicio público en los responsables de la institución», que afirman que deben «priorizar el interés del museo y velar por las posibilidades que éste puede aportar a su contexto por encima de los intereses profesionales, personales o los intereses políticos».

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