Diario de León

La actividad arqueológica se hunde un 60% por la crisis desde el 2008

La caída de obra civil y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria reducen de 83 a 19 las catas en cinco años.

Imagen de una excavación arqueológica realizada en el año 2005 en la que se descubrieron talleres romanos.

Imagen de una excavación arqueológica realizada en el año 2005 en la que se descubrieron talleres romanos.

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cristina fanjul | león
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También hubo burbuja arqueológica. El boom de la obra pública, el desarrollo de aeropuertos, autovías, líneas de Alta Velocidad y la explosión de la construcción de viviendas hizo que se generara al mismo ritmo un crecimiento exponencial en la actividad de los arqueólogos. León no fue una excepción y se multiplicaron en toda la provincia las excavaciones y prospecciones en yacimientos descubiertos al calor del desarrollo de las infraestructuras.

Las páginas de los periódicos divulgaban cada día los hallazgos de nuevas ‘canteras’ del pasado y salían a la luz las huellas de siglos enterradas por los moradores de otros tiempos. Fue en estos años cuando se avanzó en el conocimiento del yacimiento romano de León —se descubrió, por ejemplo, dónde se encontraba el anfiteatro romano, cómo eran las termas del campamento, dónde vivían los legionarios cuando se licenciaban o el lugar del ‘cinturón industrial’ de Lancia. Asimismo, y a la luz de los hallazgos materiales, la bonanza económica permitía a los investigadores mostrar sus descubrimientos en los congresos y seminarios celebrados por administraciones y universidades. Muchos de los nuevos yacimientos lograron subvenciones para poner en marcha aulas de interpretación y museos. Todo parecía posible... hasta que llegó la crisis. El pinchazo económico provocó el pinchazo de esta particular pompa. Los datos ofrecidos por el Servicio Territorial de Cultura de la Junta son clarificadores, y muestran una reducción del 60 e incluso del 70% en el número de prospecciones, excavaciones y actividades de control realizadas desde el 2008. A la espera de que se registren las cifras del 2013, las que engloban el lustro que abarca desde 2008 al 2012 son desesperanzadoras. El número de excavaciones se ha reducido de doce en el 2008 a tan sólo tres el año pasado. Lo mismo ocurre con las prospecciones —trabajo previo a la excavación—, cuya actividad se ha visto mermada de manera sobresaliente: de 71 en el 2008 a 19 en el 2012. Los datos son un reflejo de la realidad, pero no sólo.

El director de la empresa arqueológica Talactor, Emilio Campomanes, afirma que la actividad comenzó a reducirse en el 2010. «Fue ese año cuando notamos la caída en picado», destaca.

Pérdida de empleo

Y es que los arqueólogos tuvieron épocas de bonanza en las que trabajaban sin parar tanto para el sector público como para el privado. «Fue la época de la obra civil y el boom de la construcción de vivienda», precisa Campomanes, que añade que, además, las administraciones públicas desarrollaban talleres y planes museísticos en los que también se requería la participación de los arqueólogos. «Sí, puede decirse que desde el 2008, hemos perdido un 60% de negocio», explica Campomanes, que advierte de que el empleo se ha reducido en la misma medida. Así, Talactor ha pasado de tener ocho arqueólogos contratados a tan sólo dos.

La última excavación realizada por esta empresa en León finalizó en diciembre en Puerta Castillo y, desde entonces, nada. «Ahora, durante el verano, la cosa está muy flojita, la verdad, como mucho tenemos seguimientos de obra que requieren vigilancia o planes por programas de calidad», precisa. Asimismo, sostiene que desde el 2010 la actividad se ha salvado en gran parte gracias a la celebración de talleres de divulgación patrimonial así como a las campañas de verano, como la de Lancia, por ejemplo. «La dinámica de la burbuja inmobiliaria ya no volverá. Ahora, hay que buscar otros nichos, como el del turismo», defiende el arqueólogo, para quien esta actividad puede llevar a generar una economía sostenible en los pueblos, una actividad empresarial que ayude a las economías locales a través de la naturaleza y las actividades relacionadas con el patrimonio.

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