Diario de León

Aparicio: «España sería mejor si hubiera hecho caso a Jovellanos»

El autor leonés presenta la próxima semana su libro ‘Nuestros hijos volarán con el siglo’

Juan Pedro Aparicio lleva diez años documentándose para escribir su novela en torno a Gaspar Melchor de Jovellanos.

Juan Pedro Aparicio lleva diez años documentándose para escribir su novela en torno a Gaspar Melchor de Jovellanos.

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e. gancedo | león
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Al final Juan Pedro Aparicio no tituló su nueva novela El último viaje de Jovellanos —uno de los que barajaba— y se decantó por Nuestros hijos volarán con el siglo en alusión a la inquebrantable esperanza, a la amplia y generosa visión de futuro del ilustrado gijonés. Publicada por Salto de Página, la obra, ya en librerías, será ‘presentada en sociedad’ el próximo miércoles día 20 en la sede madrileña del Instituto Cervantes (calle Alcalá, 49), en el transcurso de un coloquio sobre el libro y sobre el célebre reformista en el que a partir de las 19.30 horas acompañarán al novelista leonés Víctor García de la Concha, director de la institución; Manuel Gutiérrez-Aragón, cineasta y escritor; y Pedro de Silva Cienfuegos-Jovellanos, ex presidente del gobierno asturiano.

Pero el primer título hacía referencia precisamente a uno de los ejes de la novela, ese atroz viaje en un barco (el Volante ), atestado de refugiados, que partió de un Gijón acosado por los franceses y en el que Gaspar Melchor pretendía alcanzar Galicia para, desde allí, huir a Londres. «Aquello tuvo que ser un tormento. Era un viaje de horas que duró ocho días. Iban hombres, mujeres, niños... y en medio de una terrible tormenta que no les dejaba costear, por miedo a estrellarse contra las rocas, pero tampoco volver a puerto. Es un momento —comenta el último premio de las Letras de Castilla y León— muy duro, y para mí ese barco simboliza precisamente las encontradas fuerzas en pugna que había en la España de la época».

Jovellanos es para el novelista leonés más que un mero político o un esforzado reformador. «Si España le hubiera hecho algo más de caso, hoy tendríamos un país mucho mejor», mantiene. «Él creía en la línea anglosajona, pues diagnosticó un problema que sigue sufriendo España, el del respeto por la ley —prosigue—. Porque, para los anglosajones, la ley es norma suprema, y conculcarla les parece por regla general atroz, singulariza a quien la infringe de tal modo que ya no puede vivir con normalidad. Aquí eso es más laxo, no parece pasar nada o casi nada... Muchos de los problemas que describe, critica o aborda Jovellanos siguen siendo polémicos para la España de hoy. Por ejemplo, era un ferviente antitaurino; pero también está el hecho de que en este país siempre haya costado tanto montar sociedades y empresas. Él clamaba por ‘quitar estorbos’ a los emprendedores».

En la novela, además, aparece un personaje, que Aparicio sitúa en el momento presente, y que reflexiona sobre el destino del protagonista, esto es, sobre lo que podría haber encontrado en la mansión de Lord Holland, un aristócrata inglés «a quien habría que considerar el primer hispanista de la historia y cuya mansión sirvió de cobijo a muchos ilustrados españoles exiliados (él mismo se calificaba de españolado )», recuerda.

La singladura vital de Jovellanos, llena de obstáculos (se le intentó envenenar siendo ministro, estuvo preso en el castillo de Bellver, fue objeto de calumnias y rumores) «simboliza las dificultades que había entonces para que España se constituyera como un Estado moderno», expresa, pues en el Antiguo Régimen «no había ciudadanos sino súbditos, y el pueblo tenía unos derechos muy restringidos».

El autor de Retratos de ambigú o El viajero de Leicester entra en esta novela «donde el historiador se ve impotente», y acompaña al Jovellanos enfermo en su agónico periplo y ofrece jugoso guiño leonés en la persona de Ramona, mujer leonesa a quien muestra el asturiano «una gran inclinación en sus escritos». Imaginación apoyada, eso sí, en cerca de diez años de concienzuda investigación.

Documental y tertulia

Además de la cita de la próxima semana en el Instituto Cervantes, Juan Pedro Aparicio tiene una más próxima: mañana viernes, la Casa de León en Madrid (calle Pez, 6) acoge a las 19.30 en su salón de actos la proyección y posterior coloquio del documental La cuna del parlamentarismo , codirigido por el autor cuando fue comisario de León 2010 y en el que se reivindica el legado histórico —de alcance universal— del reino leonés.

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