Diario de León

Una Legio VII en miniatura entra en la Casona de Puerta Castillo

El Ayuntamiento abrirá antes de Semana Santa la cripta y una espectacular maqueta.

Juan Antonio Cuenca, autor de la maqueta sobre la Legio VII y restaurador de la que refleja el León medieval.

Juan Antonio Cuenca, autor de la maqueta sobre la Legio VII y restaurador de la que refleja el León medieval.

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e. gancedo | león
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«Las maquetas atraen inmediatamente la atención, puede haber paneles, planos y textos en la sala pero aquello en lo que primero se fija la gente es en las maquetas, quizá porque ofrecen gran cantidad de información de un solo vistazo; gustan a todo el mundo y a los niños, no digamos...». Juan Antonio Cuenca, autor de estas palabras, lleva camino de convertirse en el maquetista oficial de León tras la jubilación del urbanista, investigador y gran conocedor de cada rincón ciudadano Juan Carlos Ponga, mentor suyo en estas labores. Y una de las mejores pruebas de su minuciosísimo trabajo constituye la que sin duda será la ‘estrella’ del futuro Centro del León Romano que acogerá la remozada Casona de Puerta Castillo o de Víctor de los Ríos, la gran maqueta de la Legio VII que acaba de ser ubicada junto a la cripta romana de su subsuelo.

El Ayuntamiento quiere abrir al público las puertas de la casona antes de Semana Santa para aprovechar la afluencia de turistas y el gran movimiento de leoneses por su propia ciudad registrados esos días: en el primer piso y en el subterráneo, los visitantes hallarán esta maqueta de cerca de dos metros de largo, otras cuatro que explican la evolución de la muralla romana, desde la original, de tierra apisonada, hasta la imperial, y en la amplia cripta habilitada tras la restauración del edificio pueden verse, in situ , partes originales del recinto murado y fragmentos de aquellos primeros tapines defensivos. Todo ello irá acompañado de paneles, mapas e ilustraciones que facilitarán la comprensión del pasado romano de la ciudad, nacida como campamento militar para controlar el territorio conquistado al originario pueblo de los astures.

Juan Carlos Cuenca, que elaboró la maqueta en cuatro meses de trabajo, asegura que los edificios que más llamarán la atención en ella serán con toda probabilidad el anfiteatro cuyos restos han venido apareciendo en la calle Cascalerías, el gran almacén precisamente ubicado donde siglos después se alzaría esta casona y los Principia o cuartel general del campamento, así como el hecho de que el trazado de algunas vías apenas haya variado en dos mil años, por ejemplo la calle Ancha o Cardenal Landázuri. Todo ello entre una cuadrícula perfectamente racional y una incipiente zona civil. «Está realizada con materiales más novedosos que las anteriores, resinas de poliuretano y moldes para reproducir los barracones de los legionarios», comenta Cuenca, profesor de grabado en el Centro de los Oficios de León y miembro de las brigadas de patrimonio municipales, al tiempo que hacer ver la ubicación de las murallas, las termas sobre las que luego se elevaría la Catedral o la Porta Principalis Sinistra , equivalente a la conocida como Puerta Obispo.

El León del siglo X

El germen de la actual capital leonesa era un emplazamiento trazado a escuadra que contrasta vivamente con épocas más modernas, en concreto, con el también muy sugerente modelo de la ciudad antigua que hoy se exhibe en otro espacio recuperado para usos culturales, el Palacio del Conde Luna, sede del Centro de Interpretación de la Historia del Reino de León: allí se exhibe la maqueta del León del siglo X, obra original de Juan Carlos Ponga pero restaurada y recuperada, con ayuda del veterano maquetista, por Cuenca.

«Parecía Lanzarote, a causa del color gris tenue que tenía», dice el artista, recordando que se encontraba en muy mal estado al haber ‘viajado’ por distintas ubicaciones provisionales y, al final, por almacenarse sin excesivo cuidado. Además del color, había perdido muchos elementos que Cuenca repuso, integrando además elementos procedentes de recientes hallazgos.

Casas de adobe y paja entre prados y huertas, el San Isidoro primigenio, las ruinas del anfiteatro («la gente caminaba por su centro y, de ese andar, surgió la calle Cascalerías», ilustra el maquetista), todo ello cobra vida en este León medieval a escala, hecho de madera, áridos y cola, al que pronto se añadirá un panel informativo para hacerlo más comprensible. Autor del busto de Clara Campoamor en Renueva o de las molduras para la restauración del Teatro Emperador, Juan Antonio Cuenca resume estas labores: «Hacer una maqueta es como pintar un cuadro en tres dimensiones».

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