Diario de León
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Crítica de televisión mikel labastida

Quiero contarles mi secreto: en ocasiones veo a Paco León. ¿En mis sueños? No, estando despierto. Todos los días, en todas partes. Si el niño de El sexto sentido veía muertos a mí me pasa que se me aparece Paco León en cualquier rincón de la tele, cuando menos lo espero. Que de repente están los triunfitos de María Teresa Campos haciendo un ‘medley’ con rancheras de María Dolores Pradera, Bertín Osborne y Ana Gabriel va Paco León y se aparece para hablar de Carmina. Que Trancas y Barrancas se ponen a discutir en la mesa camilla de Pablo Motos, se persona Paco León y pone paz comentando cosas de su Carmina. Que Ana Rosa encuentra un hueco entre la ración de sucesos y la de Supervivientes , pues Paco León se presenta y cita a la madre que lo parió. Que Yolanda Ramos quiere reclamar a alguien que no le ha pagado, acude Paco León a Hable con ellas y le dice que lo suyo está saldado y ya de paso le menta a Carmina Y amén.

Y así sin parar. Con Cayetana, con Alaska y el sábado hasta con Jordi González en su programa de sorpresas y misivas. Omnipresente. No nos extrañemos de que cualquier día asista a una audición ciega de La Voz o se traslade al mismísimo Cayo Paloma para interactuar con Amador Mohedano. La maquinaria promocional de Telecinco se ha puesto en marcha y León se ha entregado a fondo para que la nueva película que ha dirigido llegue al mayor número de espectadores. Como debe ser. Así se vende el cine. La labor del actor-director-y sucedáneos no acaba con la claqueta final, después toca el trabajo de tocar las puertas y tratar de colocar la enciclopedia en cada casa. Y no son pocos los artistas que suelen poner mil peros a esta tarea. Telecinco, productora de la cinta, le ha extendido a León la alfombra roja. El resto de cadenas, por cierto, han sido generosas pese a la participación de la competencia. Paco León ha sabido aprovecharlo.

A su madre, sin embargo, la guarda bien en casa. Es un personaje que podría acabar devorado por la propia tele. Y él lo sabe.

tracking