El factor humano

P odría ser esta columna un perfecto elogio de la fascinante novela de Graham Greene y en cierta manera así lo es. El caso es que sin saberlo, parte de la historia del espionaje más emblemático que ha existido, el referente al servicio británico y su estrategia para derrocar el poder fascista de las hordas hitlerianas, está íntimamente ligado a nuestra provincia y el buen gusto por el arte.

Les sitúo. Deberíamos empezar presentando el lugar... un fantástico pueblo como lo es Valdefresno, con concejala de IU incluida y la labor de un escritor referente en las letras leonesas. Todo esto al atardecer, justo en el momento que se fraguan las mejores complicidades. Entra en juego el azar, un acontecimiento deportivo tal vez... la emoción de Gasol y su deidad.... pero sobre todo entran en juego Sergio y Laura.

Laura, la amiga de Cruz, tiene la mirada puesta en alguna nota de Bach, sus melodías al clavicordio se dejan desear para otra escena futura. Pero Laura trae historia a sus espaldas. Ella es futuro y su pasado resplandece con viveza en una tierra, León, de lucha constante por encontrar ese factor humano que nos hace cuerpo... tal vez mente... tal vez ambas sin saber la diferencia.

Aparece entonces él. Él no es otro que Tomás Harris. Tomás Harris no es otro que el tío-abuelo de Laura, nuestra vecina de Valdefresno.

Harris fue uno de los grandes expertos sobre la obra de Goya. Pero Tomás —que era hijo de inglés y de sevillana— fue algo más: sirvió en el servicio secreto británico y llegó a ser jefe de la Sección Ibérica del MI-5. Su actividad como espía fue fundamental para el desembarco de Normandía a través de la operación Garbo, concediéndosele honores de Caballero de la Orden del Imperio Británico por Jorge VI.

Pero la actividad que más amó Tomás Harris, tío-abuelo de Laura, amiga de Cruz y nuestra vecina de Valdefresno, fue el arte. Ya su padre fue un anticuario que ejerció y cultivó el gusto por las artes y la música en su hijo. Ingresó en la Escuela de Arte Slade, y a la temprana edad de 14 años consiguió una beca, la Travelyan-Goodall Scholarship, que además de favorecerle la entrada en la Slade también lo hizo de la Academia Británica de Roma, donde cursaría durante un año pintura y escultura.

De nuevo en Londres, con poco más de 20 años fundó su primera galería, la Tomás Harris Ltd. Quiere el destino ligarle ya en el pasado a nuestra ciudad leonesa de manera muy azarosa, pues en 1938 organizó una gran exposición, From Greco to Goya, inaugurada entre otros por el sobrino del leonés Gumersindo Azcárate, Pablo de Azcárate,quien ostentaba el cargo de embajador de España en Reino Unido. La recaudación por la venta de los catálogos fue cedida a la Cruz Roja como ayuda a los refugiados españoles de ambos bandos de la Guerra Civil.

Ya ven... el factor humano hace que una historia de espías y de artistas tenga como protagonistas unos vecinos de Valdefresno; León sigue generando una magia especial. Lo importante siempre guiña el ojo a esta provincia y sus gentes.