El Festival de Magia estudiará «de forma rigurosa» su impacto en León

No quieren ofrecer números «en caliente» ni simplemente recontar las entradas vendidas para las diferentes galas que acogió en el Auditorio. A diferencia de otros años, los organizadores del festival internacional León vive la magia emprenderán a partir de ahora un estudio «serio y riguroso» para conocer «con toda exactitud» las personas que han pasado por un evento que este año celebró su duodécima edición en diferentes escenarios de la capital leonesa pero que también, y por primera vez, salió a varias localidades de la provincia.

El festival cerraba ayer una intensa programación que incluyó más actuaciones y magos que nunca —superó las veinte citas—, y su responsable de comunicación, Manuel Matilla, hacía hincapié en el éxito de la llamada ‘Ruta de la Magia’ (itinerario que unió la carpa de Botines, el Teatro San Francisco y la sala capitular de San Marcos) a la hora de dinamizar y agrupar diferentes áreas de la capital bajo el signo de la varita. «Es lo que se llama un ‘evento-ciudad’, un festival que concierne a toda ella, y eso es precisamente lo que hemos querido conseguir», especificó Matilla. Pero también subrayó la buena acogida del concurso en el que los propios espectadores elegían a sus magos favoritos y lo positivo de haber organizado espectáculos en Astorga, La Bañeza, Benavides de Órbigo, Santa María del Páramo, La Robla, Sabero y Villaquejida.

Así pues, «satisfechos» y seguros de que este año ha pasado «más gente que en el anterior» por Auditorio, carpas y espectáculos de calle, pero convencidos de que el impacto en la ciudad merece ser analizado «cuidadosamente».