«De León siempre me voy con historias que contar»

e. gancedo | león

Muchos leoneses conocen la historia del colegio de las Anejas, construido sobre el antiguo cementerio de la ciudad —algunas lápidas se ‘reciclaron’ para pavimentar suelos y bordillos—. El narrador Adrián Yeste, que estudió en ese mismo centro, la escuchó de boca de su abuela y ahora ha hecho de ella la base de una novela juvenil, Un pie en cada lado , recientemente publicada por Edelvives Argentina, país en el que vive.

—¿Qué le llevó a Buenos Aires y cuánto tiempo lleva residiendo en esa ciudad?

—Vivo en Buenos Aires desde hace ocho años. En un principio llegué para proseguir mi formación en danza y expresión corporal aunque nada más aterrizar mi interés se volcó hacia el arte de contar historias, ya sea de viva voz o por escrito. En Argentina me desarrollé como narrador oral y, durante estos últimos años, también como escritor.

—¿Es éste su primer libro publicado en Argentina?

—Un pie en cada lado es mi segunda novela editada. Hace sólo unos meses salió la primera, una novelita pensada para primeros lectores titulada La acróbata del desierto .

—¿Cómo fue el proceso que transcurrió desde su escritura hasta su edición?

—Mi repertorio como narrador oral se nutre en gran parte de mis recuerdos e historias de vida, por lo que León siempre aparece. Hace un par de años, la última vez que estuve de visita, me fui de la ciudad con algunos temas, algunos recuerdos que se habían despertado y sobre los que quería trabajar. De León siempre me voy con historias que contar. Y uno de esos recuerdos era la ubicación de mi colegio, las Anejas, sobre el viejo cementerio de la ciudad. A partir de esa anécdota armé una historia que por su extensión y trama no me servía para lo oral, y que necesitaba del soporte de la novela para ser desarrollada.

—¿En qué consiste la trama principal de la obra?

—El protagonista se llama León, un nombre propio bastante común en Argentina, me parecía una forma de homenajear a la ciudad de la que surge la historia... Él está a punto de pasar a Secundaria justo en el momento en que a su padre lo trasladan en el trabajo, desde la pequeña ciudad donde viven, a la capital. Y antes de que la mudanza se lleve a cabo, León planea una última aventura con sus amigos que los lleva a descubrir el secreto mejor guardado de su colegio y de la ciudad, y que pondrá en riesgo a todos ellos.

—Ese hecho tan ‘tenebrista’ como la construcción del cementerio de las Anejas sobre el viejo cementerio de León, todas esas historia de las lápidas para construir bordillos, ¿se la contaban sus padres?

—La historia del colegio me la contó mi abuela de forma muy somera, casi sin querer. En mis años en las Anejas nadie se detuvo nunca a contarnos y a explicarnos dónde estábamos ubicados. Cuando decidí escribir sobre el tema me puse a investigar y encontré un artículo en el Diario de León que hacía referencia a una lápida que había sido trasladada con nombre incluido al bordillo de una calle que yo mismo había transitado toda mi vida, aunque jamás había reparado en su presencia.

—¿A qué tipo de público va dirigido ‘Un pie en cada lado’? ¿juvenil, adulto...?

—El libro está dirigido a lectores infantiles y juveniles que ante todo anden buscando una historia de misterio y de aventuras, con la amistad y el amor como ingredientes básicos.

—¿Tiene algún otro proyecto literario, bien en la mente o bien en el cajón?

—Estoy trabajando en un libro de cuentos. Afortunadamente, si no salen a la luz en un libro, soy yo mismo el que los narro en mis funciones de cuentacuentos. Así que, de alguna forma, en mi próxima visita a León estarán mis historias. Bien para ser leídas o escuchadas.