La sabiduría china venció a la violencia en el 64ª Festival de San Sebastián

alicia arribas | s. sebastián

La sabiduría china que inunda el curioso metraje de I’m not Madame Bovary , una sátira contra la burocracia de la administración, venció en la 64ª edición del Festival de Cine de San Sebastián a la extrema violencia que proponían muchas películas de la Sección Oficial.

Hubo, así pues, exhibición de poderío chino en el festival que trajo de vuelta a San Sebastián a la estrella asiática Fan Bingbing para recoger su premio a la Mejor Actriz, y que ganó enteros con su aire de diva etérea, vestida de seda rosa y bellísima piel nacarada. Y no por merecido fue menos sorprendente el premio para la película I’m not Madame Bovary , de Xiaogang Feng, nacido en Pekín en 1985, que atesora más de una veintena de distinciones de festivales asiáticos; una decisión arriesgada que premia tanto el formato innovador, con la pantalla recortada en círculo, como la temática. Difícil ver al actor español Eduard Fernández tan emocionado como lo estaba en la gala de entrega y más difícil aún después de ver su recreación del frío espía español, Francisco Paesa, a quien dedicó unas palabras al recoger su Concha de Plata: «Paco —dijo— aquí estamos, con tanta mentira y hemos hecho cine de verdad». El invierno , un western patagónico de bellísima fotografía, que también fue premiada como la mejor del festival, y The Giant , con el deporte de la petanca como símbolo de superación, compartieron el premio especial del jurado.