Diario de León

San Isidoro ‘sella’ la cámara del tesoro

El Cabildo invierte 300.000 euros en reparar la cubierta de la Cámara de Doña Sancha Los andamios vuelven a la colegiata para unas obras que penden del tiempo.

La colegiata vuelve a tener andamios a partir de hoy, con el comienzo de los trabajos de restauración de la cubierta del museo. FERNANDO OTERO PERANDONES

La colegiata vuelve a tener andamios a partir de hoy, con el comienzo de los trabajos de restauración de la cubierta del museo. FERNANDO OTERO PERANDONES

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VERÓNICA VIÑAS | LEÓN

«Empezamos las obras por el tejado», afirma el abad de San Isidoro, Francisco Rodríguez Llamazares. Los andamios regresan hoy a la colegiata para restaurar la cubierta del museo, bajo la cual se halla la cámara del tesoro. Decolesa, que también se encargó de la rehabilitación de la fachada, el interior de la iglesia y el atrio, reparará ahora «sin plazos» el techo de la Cámara de Doña Sancha, una intervención «muy delicada», porque «si llueve o nieva tenemos que parar y tapar corriendo», según fuentes de esta empresa.

El Cabildo financia íntegramente los 300.000 euros de estos trabajos que se anticipan al proyecto por el que la colegiata lleva esperando casi una década: la reforma del museo, que triplicará el actual espacio expositivo y permitirá mostrar con todo su esplendor tesoros únicos que hoy se exhiben ‘amontonados’.

La Tribuna Real, desde la que los reyes asistían al culto que se celebraba en la iglesia, hoy conocida como Cámara de Doña Sancha por ser, según la tradición, la habitación de la reina y, en otro tiempo, el posible scriptorium del canónigo Santo Martino, aguarda la restauración de los frescos arrancados de sus muros hace 55 años por orden del arquitecto Menéndez Pidal.

Los murales renacentistas, que han permanecido enrollados durante más de medio siglo, recobrarán su esplendor y volverán a la estancia que hasta hace dos años albergaba el cáliz de Doña Sancha —trasladado a una sala acorazada cuando se asoció esta copa con el Santo Grial—.

La reforma del Museo de San Isidoro tendrá una financiación de 4,8 millones de euros, de los que la Junta sufraga 2,3 millones; la Fundación Montemadrid —entidad sin ánimo de lucro financiada por el Monte de Piedad de Madrid—, contribuye con otros dos millones; y el Cabildo aporta 500.000 euros. En la planificación ha participado el reconocido arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade, autor de la remodelación del Museo Arqueológico Nacional y del Museo de la Alhambra.

La fecha del inicio de estas obras, así como de la recuperación de los frescos sigue sin concretarse. Las tres entidades —Junta, Cabildo y Montemadrid— anunciaron que comenzarían a mediados de 2017 y que se prolongarían durante tres años. «Estamos ante una de las operaciones patrimoniales más importantes de cuantas se han hecho en España», según explicó en mayo José Guirao, director de la Fundación Montemadrid y ex director del Museo Reina Sofía. Un auténtico y enrevesado puzzle, dado que en San Isidoro conviven espacios de muy variada utilidad.

Inquilino a la fuga

La ‘huida’ del Museo Bíblico y Oriental, que la víspera de Nochevieja cerraba sin dar explicaciones, dejará nuevas estancias vacías, con las que no contaban quienes han diseñado la remodelación de los espacios expositivos de San Isidoro. De momento, el director del IBO, el sacerdote Jesús García Recio, albacea de parte de las piezas que se exponían en una ala de San Isidoro, no ha retirado los tesoros, algunos con más de 7.000 años de antigüedad.

San Isidoro, lugar donde se celebraron en 1188 de las primeras cortes parlamentarias de la historia y donde Alfonso V promulgó hace mil años el Fuero de León, no dispone de ninguna sala que recree dos acontecimientos tan excepcionales, que pasan desapercibidos ahora para los 150.000 visitantes que anualmente entran en el museo.

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