Diario de León

CULTURA ■ LITERATURA

Un sandinista en la corte del Cervantes

Sergio Ramírez, comprometido con la revolución y la palabra, es el primer nicaragüense que recibe el alto galardón

El escritor nicaragüense Sergio Ramírez. MARISCAL

El escritor nicaragüense Sergio Ramírez. MARISCAL

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miguel lorenci | madrid

El Premio Cervantes se marchó a Nicaragua para consagrar la obra múltiple y viva de Sergio Ramírez. Resultó ganador «por aunar narración y poesía» y «el rigor del observador con el del actor» en sus más de 50 libros. Así lo reflejó el acta de jurado que premió por mayoría y tras siete votaciones al escritor, político, abogado, académico y editor nicaragüense. Un autor comprometido con la revolución y la palabra.

El primer escritor centroamericano al que se le abren la puertas del selecto club Cervantes. Un año más se cumplía la ley no escrita que alterna este Nobel de las letras hispanas entre las dos orillas de nuestro idioma de las que habló Carlos Fuentes. El Cervantes, que ha cruzado el charco una veintena de veces, recalaba por primera vez en la Nicaragua de Rubén Darío y lo hacía para reconocer en la obra múltiple de Sergio Ramírez Mercado (Masatepe, 1942) su capacidad de «convertir la vida en obra arte», según destacó el ministro Iñigo Méndez de Vigo. Una obra de una «excepcional altura literaria» y desarrollada en el cuento, la novela, el ensayo, las memorias y el columnismo. Tras hablar con el y primer ganador centroamericano del Cervantes, —«feliz por empezar así el día»— Méndez de Vigo comunicó el fallo junto a Eduardo Mendoza, predecesor en un galardón dotado con 125.000 euros. Lo obtuvo Ramírez a los 75 años y en una edición «muy disputada y concurrida».

Abogado, editor y político además de escritor, y miembro de la academia nicaragüense, Ramírez es un escritor multigénero, reconcido y multipremiado y «un maestro de narradores» según el jurado. Su candidatura se impuso a las del poeta venezolano Rafael Cadenas, a la uruguaya y también poeta Ida Vitale y al narrador chileno Antonio Skármeta, los nombres más repetidos junto a aspirantes recurrentes en los últimos años, como Antonio Muñoz Molina, Luis Goytisolo, Alvaro Pombo o Fernando Savater.

Revolución y desencanto

«No podría vivir sin escribir», repite este narrador de vocación precoz que publicó su primer cuento y su primer artículo con 14 años. Tras estudiar Derecho, fundó en 1960 la revista Ventana y encabezó en 1977 con Fernando Gordillo el movimiento literario homónimo y el ‘Grupo de los Doce’ formado por intelectuale opuestos a la dictatorial saga de los Somoza. Tras un exilio voluntario en Costa Rica y Alemania, Ramírez, dejó las letras por las armas para sumarse a la revolución sandinista que derrocó al dictador Anastasio Somoza. . Tras el triunfo sandinista fue vicepresidente de Nicaragua entre 1984 y 1990, en el Gobierno de Daniel Ortega, con quien acabó enfrentado y de quien es hoy azote y pesadilla. Se ha sentido «defraudado por la política, pero nunca por la literatura». Sin añoranza de la revolución volvió a la escritura con renovado vigor y encadenó novelas como Castigo divino, Un baile de máscaras, Adios muchachos, donde narra su desencanto revolucionario, o Margarita, está linda la mar.

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