cultura ■ lo que se llevó la presa
Una ínsula para las víctimas del pantano de Luna
El pantano de Luna no sólo anegó tierras y pueblos, sino las historias de sus habitantes. El desarraigo se ha mantenido en los descendientes de los que fueron ‘expatriados’ en los años 50. Los vecinos quieren ahora convertir la iglesia de Láncara en un memorial..
verónica viñas | león
Sobrevivió a la inundación. El pantano la dejó aislada en una ínsula. La iglesia de Láncara de Luna se erigió así en vigía de un embalse que devoró pueblos, fincas y la historia de decenas de leoneses que se convirtieron, a la fuerza, en ‘apátridas’.
Ahora, vecinos de la comarca y descendientes de los expropiados quieren rescatarla para que sea símbolo de la resistencia, un memorial dedicado «a los pueblos que desaparecieron y a la gente que abandonó sus viviendas», afirma Efrén García Fernández, concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Sena de Luna y presidente de la Junta Vecinal de esta localidad.
Dos imágenes antiguas de la iglesia de Láncara de Luna, que el pantano nunca llegó a sepultar. DL
La iglesia ha sufrido los estragos de la rapiña, como el resto de construcciones que emergen cuando el pantano se seca.
Ya en 1986 hubo una tímida iniciativa, por parte de cuatro vecinos, capitaneados por el último alcalde de Láncara, Manuel Álvarez Álvarez, para restaurarla.
El promontorio donde se erigió la iglesia, que tenía la advocación de la Virgen del Carmen, hace que el lugar se convierta en una especie de península, a la que se accede por un pequeño sendero. «Pero nunca, incluso en el nivel más alto, las aguas llegan a inundarla. Tampoco el camino de acceso», afirma García Fernández.
Hace 32 años, los decididos vecinos, entre los que se encontraba el magistrado José Rodríguez Quirós, estimaron que la rehabilitación de la iglesia costaría dos millones y medio de pesetas (15.000 euros). El edificio ya estaba en ruinas en aquel momento.
Lleva años siendo víctima del abandono y la rapiña. Hace tres décadas ya estaba en ruinas. Ahora los vecinos quieren rehabilitar la iglesia de Láncara de Luna y convertirla en un memorial, dedicado a los pueblos desaparecidos y los vecinos expropiados. DL
El presidente de la Junta Vecinal de Sena de Luna no ha evaluado aún el coste de la reparación. Lo primero —explica Efrén García— es conseguir una cesión gratuita por parte de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), propietaria de la iglesia, que también fue expropiada en su momento. No tiene techumbre, pero algunas paredes están sólidamente ancladas a la tierra, igual que una parte del altar, el arco de piedra que dividía la iglesia y los vestigios del cementerio contiguo. El resto, se ha desplomado y ha sido devorado por la maleza.
Fotos para el recuerdo
«Podemos reconstruirla a partir de fotografías antiguas», asegura el pedáneo de Sena de Luna, quien presentará una moción en el Ayuntamiento para que solicite a CHD permiso para restaurar el templo. Si no cuenta con los votos del PP —que tiene la mayoría—, será la propia Junta Vecinal quien inicie los trámites.
La idea es que la iglesia pueda reabrirse unos meses al año y albergue fotos, planos y documentación de la construcción de la presa. Un museo que sirva de punto de encuentro para los afectados por el pantano, con la celebración de una fiesta anual.
Explica Efrén García que CHD ha enviado recientemente escritos a los ayuntamientos de Luna en los que anuncia su determinación de demoler las construcciones que quedan en pie y emergen en épocas de sequía, como ocurrió este verano.
Edificios que han sufrido el saqueo sistemático durante décadas y que podrían desplomarse en cualquier momento. CHD ha ofrecido a los ayuntamientos que lo soliciten la cesión gratuita de las piedras de estas construcciones sentenciadas por la piqueta. «Esto reducirá los costes de la obra», dice García Fernández, quien pretende involucrar a los vecinos de la zona en la reconstrucción de la iglesia de Láncara.
En el archivo de CHD está el relato del ‘desahucio’ de Luna. Lo que se pagó por cada finca, por cada corral y por cada casa, así como los planos de todas y cada una de las edificaciones afectadas por el embalse diseñado por Luis Llanos Silvela. En un reciente calecho celebrado en Aralla de Luna, que contó con la participación de los historiadores José Luis Avello y Ana Villanueva, autora de una extensa tesis doctoral sobre los bienes anegados, algunos de los participantes expusieron la idea de reconstruir en 3D los pueblos que quedaron sepultados bajo las aguas.